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Julia Moscardini |
Comienza este jueves 17 y se extenderá hasta el sábado 19 el Festival Guaramé de jazz y otras músicas. En Resistencia artistas de la región harán música con sus pares nacionales. En esta ocasión charlamos con dos invitadas que también realizarán clínicas sobre la voz, Flopa Suksdorf y Julia Moscardini. Aquí repasamos sus recorridos, importancia del repertorio, la improvisación y el tema central, la voz como un instrumento.
Por Paulo Ferreyra
Hasta los huesos ensayan delicados movimientos. Las voces de
Flopa Suksdorf y Julia Moscardini hienden el ambiente. Un repertorio cuidado y
esa singularidad de sus historias personales puestas en la escena musical
transportan.
Esta semana dialogamos con Flopa y Julia por teléfono. Las
cantantes realizarán por primera vez una clínica de jazz de voz en Resistencia.
— Vamos a empezar por
lo más sencillo, ¿Cómo se sintieron ante esta invitación de venir al Festival
Guaramé?
Flopa — Cualquier invitación para hacer música y sobre todo con tanto respeto es muy linda. Hay que recordar que la pandemia significó un impasse para los festivales. Tanto la pandemia como la crisis económica provocaron que muchos festivales se dejaran de hacer. La cultura lo sufrió y lo viene sufriéndolo en estos años. En este contexto recibir una invitación para visitar al Chaco me parece hermoso. Más aún con un festival de esta envergadura.
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Flopa Suksdorf |
Julia — Para mí es una alegría siempre viajar con la música y conocer nuevos espacios. Es la primera vez que voy a Resistencia. Es una alegría conocer otras partes del país y a sus músicos, entender qué está pasando con la escena del jazz. Además voy con mucho entusiasmo porque vamos a tocar con músicos que no son mi grupo habitual. El jazz tiene esto, generar encuentro entre músicos que quizás no vienen siendo un grupo estable y sin embargo el género se presta para que sucedan esos encuentros espontáneos. Estas cosas son estimulantes y muy enriquecedores.
— Por ahí quiero
seguir. El escritor Fabián Casas dice que "una técnica que te sirve para
escribir también te tiene que servir para vivir". Aplicado eso al jazz y a
esa libertad de hacer música, ¿cómo funciona esa apertura para relacionarte con
nuevas personas?
Julia — Más allá de las cualidades musicales hay que entender el camino del otro que habla de su persona. Hay diálogos que surgen ahí y que no están explícitos, como por ejemplo el recorrido musical que se viene haciendo. En el encuentro con el otro hay mucho respeto por lo que pueda hacer y por lo que tenga ganas de hacer. Además con el tiempo desarrollamos una capacidad para liderar una situación en el caso de que corresponda o de sabernos dirigir por otro. Todo esto siempre en pos de llegar a un resultado musical óptimo. Hay mucho de lo personal en el trato y en la manera de construir eso que va a suceder con la música.
Flopa — Para mí el
encuentro es una celebración. De los músicos de Buenos Aires que estarán en el
festival Guaramé los conozco a todos y con la mayoría ya he compartido. Hay que
decir también que el propio género impone ciertos códigos y luego de esos
códigos la libertad es total. Lo lindo de esta música y de otras músicas es que
hay ciertos códigos, además está presente el respeto por la música y el hecho
de celebrar el encuentro. Muchas veces la música o el momento de tocar es el
momento de conocer a alguien.
— En el marco de un
festival de jazz es la primera vez que se realizará una clínica de voz. ¿Qué
van a encontrar quienes asistan a este espacio?
Julia — Vamos a abordar de manera breve - porque el camino del jazz es profundo y largo - los principales elementos del jazz en la voz. Vamos a introducir para quienes quizás no están en el género un pantallazo de por dónde va la voz. La intención será recorrer aspectos básicos, desde lo estilístico y lo rítmico en el género como así también lo vocal como un instrumento. Se darán elementos rítmicos armónicos básicos, cómo abordar una canción y vamos a preparar algunas canciones grupales - a varias voces, con lo que llamamos scat, improvisación vocal.
Flopa — Trataremos
de hacer una mixtura del material y a su vez reducir contenidos en dos en
encuentro, que serán el viernes y el sábado por la tarde. Charlando con la
producción artística del festival, donde hay muchos músicos, buscamos poder
crear un espacio para estudiar un poco, hablaremos de las raíces del género y
sobre hacer improvisación y ensamble vocal. Hay otras clínicas, pero ya sé que
en la nuestra se inscribieron mucho. Seremos un molón de voces. Eso es
estimulante y por ello seguimos invitando a que se sumen más.
“Infinidad
de maneras de abordar una composición”
Flopa Suksdorf es cantante, compositora y docente nacida en Paraná, con una sólida formación en jazz y música popular. Se presentó en los principales festivales del país y fue becada por el Vermont Jazz Center (EE. UU.). Además ya lleva tres discos solistas, entre ellos Afro Blue y Freedom Day. Por su parte Julia Moscardini también es una de las voces más destacadas del jazz de nuestro país. Tiene dos discos solistas, Stablemates y Mood Indigo. También lleva tiempo formando nuevas voces y su camino se ensancha con una sólida trayectoria en escenarios de Argentina, Latinoamérica y EE.UU., también dirige el Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires.
El recorrido por los escenarios y el hecho de que sean formadoras de nuevas voces la unen en este festival. Una de las máximas que atraviesa siempre la escena del jazz es la libertad de los instrumentistas para jugar con la música. Ahora bien, eso trasladado a la voz, ¿cómo es? Julia cuenta que antes de haberse formado en el jazz esa libertad la había cautivado. “Escuchaba un tema por diferentes vocalistas y veía que esa misma composición los llevaba a cada uno a lugares tan distintos me sedujo. Desde el lenguaje más clásico y tradicional como puede ser Louis Armstrong o Ella Fitzgerald hasta de golpe encontrarme con contantes como Betty Carter o Sheila Jordan. Esto me llamó la atención antes de profundizar el género, ya dentro me encontré con infinidad de maneras de abordar una misma composición. Ahí está el desafío de artístico del jazz, ¿qué tiene uno para decir?”.
En la misma sintonía, Flopa reflexionó que hay poco recorrido
en cuanto al estudio de la improvisación en relación al resto de los
instrumentos de jazz. “Al momento en que empezamos a considerar a la voz como
un instrumento más podemos hacer mucho por la canción. Creo que todos los
géneros musicales necesitan considerar la voz como un instrumento más. Si es
cierto también que la voz lleva un mensaje muy importante y que no lo lleva el
resto que es el texto. La poesía de la música. Pero en el momento en que
consideramos a la voz como un instrumento desde la parte melódica, rítmica y de
la influencia en la armonía, nos damos cuenta de que la voz tiene un rol como
cualquier otro instrumento de lo que están tocando”.
La improvisación en el jazz es la búsqueda constante, desde
lo instrumental y desde la voz. Esto es lo más atractivo de su escena, en la
voz esa soltura que se viste con sílabas, scat y demás. La interpretación de un
estándar de jazz significa que ese momento va a ser único. Eso hace que la
música esté viva y le hace bien a otras músicas y no solo al jazz. Esa vida se
parece mucho al amor.
— El repertorio del
jazz es en inglés, ustedes tienen especial cuidado en el repertorio, pero
quizás haya personas que se queden por fuera de las palabras que escojan, ¿les
preocupa eso?
Julia — Es interesante esto porque lo vocal es importante. El cantante puede no tener letra pero tiene letra. La presencia del texto puede ser una herramienta con la cual se puede desarrollar lo interpretativo. Siendo que esto es en ingles, en mí caso trabajo mucho esto e incluso con alumnos buscamos hacer una traducción no solo literal sino interpretativa con nuestras palabras cómo diríamos ciertas cosas. Hablando una vez con un músico reflexionábamos que nosotros aprendimos a sentir y a pensar en español, por más que entendamos ingles. Hacer ese laburo de buscar en nuestras palabras lo que se quiere decir te lleva a que cuando cantas en ingles conectas con sentimientos e intenciones que las tenemos en español. Es interesante eso, tenemos un trabajo ahí con el hecho de que sea en ingles.
Flopa —
Obviamente que considero que el inglés puede ser una barrera de entendimiento.
A mí me sorprende porque en Buenos Aires hay mucha gente turista y muchas veces
en algunas noches de jazz el cuarenta de las personas que están escuchando son
de otro país. Desde que empecé a grabar mis discos empecé a generar un concepto
de lo que quiero cantar y trato en los conciertos de contarle a la gente lo qué
van a escuchar, hablar de los textos. Me
interesa el concepto de la música y de la poesía. Hay una razón por la que
escoges un repertorio determinado.
Dar y
recibir
Amanece. Atardece. Noche. Amanece. Hay círculos constantes
de la vida donde juega, en mayor o menor medida el dar y recibir. Qué damos o
qué recibimos. Qué nos dan. En un enredo con Flopa y Julia hablamos también de
esta cuestión.
Julia expresó que trata de darle al jazz la mayor honestidad
posible. “Si bien se busca ser fiel a ciertos aspectos estilísticos que puedan
representar el espíritu del género, eso es muy amplio. En mi caso vengo en la
línea de los standar y del jazz más tradicional, desde ese lugar trato de darle
frescura y abordarlo desde mi canto. Le soy fiel a la melodía y a los recursos
estilísticos que he aprendido de los maestros. A la hora de cantar trato de
estar de la manera más honesta con la canción desde lo interpretativo. Además soy docente, trabajo de dar clases y
eso le doy al género. Se acercan muchos estudiantes y a ellos trato de
trasmitir la pasión que tengo por este género. Mi interesa que se sostenga, que
siga creciendo y se siga desarrollando”.
Por su parte Flopa cuenta que recibe del jazz cosas hermosas. Aunque advirtió, “por momentos lo he sentido sacrificado como todo en la vida. Creo que la profesión de cualquier persona de pronto se abarca y se encara con respeto. Le reconozco que me ha dado satisfacciones constantes. Siento que es una bendición poder estar activa tanto en mi provincia, Entre Ríos y repartirme mucho en Buenos Aires. Poder estar activa en la escena del jazz de la Argentina y tocar con los que yo considero que son como los músicos referentes del país. Decir que ellos son mis amigos es una bendición. Tuve la suerte desde muy chica en Paraná de tocar con gente mucho más grande y con mucho más recorrido que yo. Eso ha sido una enseñanza constante y lo tengo presente cuando comparto con gente más joven. El jazz me ha traído enseñanzas constantes. En todos los sentidos”.
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