La música es identidad

Pasada la Fiesta del Chamame Auténtico pudimos dialogar con Jorge Handwerker, locutor y animador de la Fiesta, para conocer cómo ha vivido el pueblo chamamecero este acontecimiento trascendental para la música.  “Estoy convencido que de aquí a diez años la música tendrá un fuerte respaldo, dentro de los géneros folclóricos el chamame es el que más está creciendo en distintos puntos del país”, destacó.  “Hace nueve años que estoy en el Festival, confiaron en mí sin conocerme y creo que no del todo mal hice las cosas para continuar durante tantos años”.  

Por paulo ferreyra especial para corrienteschamame.com

paulo.ferreyra@yahoo.com.ar

“Para mi es altamente gratificante el hecho de estar en Mburucuya.  Por todo lo que representa esa fiesta, ese estilo de chamame más puro y tradicional.  Esto me parece acertado, incluso ellos dicen que no vamos a buscar los “restos fósiles del chamame”.  Entonces esta muy bien que en pleno 2012 continúe este festival que guarda un gran relación con la base del auténtico chamame.  Es un festival que tiene una fuerte fundamentación musical, en cuanto al público es evidente el respaldo que año tras año sigue sumando gente. 

¿Cómo fue la presencia de jóvenes en el festival?

Son sorprendentes los jóvenes como se vuelvan decididamente a la música del litoral.  Estoy convencido que de aquí a diez años la música tendrá un fuerte respaldo, dentro de los géneros folclóricos el chamame es el que más está creciendo en distintos puntos del país. Cuando hablo de crecimiento hablo desde el punto de vista musical y poético, en la justeza de los grupos.  Mburucuya – no quiero extralimitarme – pero me atrevo a decir que inclusive hubo más jóvenes que gente mayor.  Ojo, tanto sobre el escenario como el marco de público que acompañó esta edición del Festival.   Si la crítica que se escucha es por la cartelera quiero decir que al igual que en Corrientes, en Mburucuya hay músicos que siempre tienen que estar. 

Los músicos indiscutidos de cada festival.

Indiscutidos, esa es la palabra exacta. A mi me sorprendió el crecimiento de algunos grupos, algunos que los vi en otra ocasión y ahora está más ajustados desde lo musical, desde lo poético y desde lo técnico que también es importante en la presentación sobre el escenario.  Esta música es nuestra identidad, esto somos, y los más jóvenes también comienzan a entender que esto es nuestra cultura, no es sólo música.

Para quienes aún no ha ido a Mburucuya, se vive la fiesta más de noche o de día.

Creo que van de la mano las dos cosas.  Por la noche el marco de gente en el Festival es imponente, es llamativo el hecho de que cada año se sume más gente.  El domingo eran las cinco de la mañana y había cinco mil personas acompañando el festival, eso es increíble.  Los Mburucuyanos saben atender a quienes van a participar de esta fiesta, durante el día hay mucho lugares donde uno puede ir a distenderse y seguir escuchando buen chamame.  Hay algo muy particular, los mburucuyanos te abren las puertas de su corazón y de su casa.  En la laguna limpia hay una peña, pero en distintas casas vas a escuchar que se armó una guitarreada.  También está la juntada en la casa de Juan Carlos Jensen, un clásico de esta fiesta chamamecera.  Hay un clima tan agradable, la alegría y la música es lo que entusiasma a la gente.  Cargas las pilas para todo el año de una forma increíble.

¿En cuanto al repertorio se escucharon nuevas canciones?  ¿cómo fue?

Hay un nuevo tiempo, hay cosas nuevas y un marco que rodea a los creadores que es distintos de lo que han vivido otros músicos.  La fiesta del chamame en corrientes ya no es solo una puerta abierta a la argentina sino una propuesta latinoamericana que reúne a destacados músicos que se unen a este género maravilloso.  En lo que hace a lo poético tienen que surgir cosas nuevas, el tiempo lo demanda.  Mburucuya aporta también lo suyo, aunque la gente dejar correr su sapukái con los clásicos de nuestro cancionero.  Hay gente que está buscando sonidos nuevos y lo destacable es que tienen lugar para hacer llegar esas cosas.  El escenario de Mburucuya estuvo abierto a los nuevos creadores.