viernes, 21 de junio de 2013

Cinco tareferos muertos por vuelco de un camión en Salto Encantado

Miguel Miranda (55), Luis Godoy (33), Fabián Da Silva (23), Hugo Franco (33) y Edgar Ferreira (17) perdieron la vida ayer cuando el Ford que los transportaba perdió los frenos y su conductor no pudo controlarlo

Aristóbulo del Valle
Por Daniel Villamea

Cinco tareferos, uno de ellos menor de edad, fallecieron ayer al volcar el camión que los transportaba junto a otras 18 personas sobre la ruta provincial 220, a unos 400 metros del acceso al Parque Salto Encantado, en un tramo donde actualmente se realizan obras de asfaltado.

A consecuencia del impacto fallecieron Miguel Miranda (55), Luis Godoy (33), Fabián Da Silva (23) y Hugo Franco (33). Mientras que horas más tarde se produjo el deceso de Edgar Ferreira (17), quien había sido derivado al Hospital Samic de Oberá.  Se contabilizaban cinco víctimas fatales y 18 internados, doce en el Samic y seis en el hospital Madariaga de Posadas, los cuales se hallan con diagnóstico reservado producto de lesiones por traumatismos encefálicos y medulares.

En el hospital de Oberá, en tanto, son atendidos los pacientes con lesiones de diversas consideraciones de índole traumáticas, como ser fracturas de brazos y piernas, uno de los cuales se encuentra en la unidad de cuidados intensivos en grave estado, según el último parte del Ministerio de Salud Pública.

El conductor del camión fue identificado como Julio César Franco (38), quien era acompañado por su hijo Renzo Franco (14). Ambos sufrieron graves lesiones, aunque el menor fue derivado al Madariaga y corre serio riesgo de vida debido a múltiples fracturas y traumatismo encefálico.

Fue tal el impacto que ninguno de los 23 ocupantes resultó ileso. Todos son oriundos de Villa Bonita, municipio de Campo Ramón. No viajaban mujeres y había un total de once menores, el más pequeño Santiago López, de tan solo 11 años. Según trascendió, el menor viajaba con su padre para cosechar hojas de yerba mate, trabajo que realiza desde los 8 años.  

El accidente se produjo alrededor de las 14 de ayer y la principal hipótesis que barajan los investigadores tiene que ver con una falla mecánica.
Presumiblemente, el camión marca Ford 700, dominio TNN- 048, perdió los frenos en la bajada del Cerro Moreno, una pendiente pronunciada y angosta debido a los trabajos que se realizan actualmente en el lugar por la canalización del arroyo que cruza el camino.

Trabajadores de la empresa que realiza el asfaltado relataron que el conductor habría intentado frenar rebajando cambios, pero también habría fallado la caja, lo que será motivo de peritaje.

Al notar que la catástrofe era inminente, varias personas saltaron del rodado y salvaron su vida, pero no fue el caso de Fabián Da Silva (23), quien cayó contra uno de los guardarrail móviles que están en la zona.

Baño de sangre
Según testigos de la tragedia, al saltar el joven impactó su cabeza contras el metal del guardarrail y perdió la vida en el instante.   El hecho de que varios tareferos hayan saltado de la carrocería del Ford da por tierra con la versión que indicaba que el camión estaba encarpado, método que usan algunos choferes para burlar los controles de ruta, habida cuenta de la prohibición de trasladar personas en las carrocerías.

Incluso, El Territorio recorrió el lugar y no se observó ningún resto de carpa. Además, los testigos presenciales desestimaron dicha versión.
Descontrolado, el camión recorrió unos 100 metros en bajada y volcó sobre su costado izquierdo, contra los árboles. Se trata de un sector de monte conservado y contra él dio de lleno la humanidad de los peones rurales.
La cabina del Ford 700 quedó destruida, muestra de la fuerza del impacto. “La gurisada iba saltando como langostas. Y menos mal, si no se mataban todos”, graficó Fulgencio Castro.
El vecino contó que después de almorzar se dirigía a un rosado cercano para hacer una changa cuando escuchó el rugir que presagió la muerte.
“Se quedó sin freno y me pasó raspando. El chofer iba gritando que salten, que salten, pero algunos no pudieron y pegaron de lleno contra el monte y la tosca. Era griterío nomás de esa gurisada, todos sangrados. Nunca vi nada tan feo. Sólo porque Dios es grande no murió más gente”, opinó visiblemente quebrado.
Castro contó que asistió a un menor, de unos 15 años, con una fractura expuesta en la pierna. “Le saqué el cinto y le até en la pierna porque estaba perdiendo demasiada sangre”, aseguró. Tal vez su rápido acción le salvó la vida al chico.
A un costado, como un reguero de muerte, quedaron esparcidos los restos de la mercadería que llevaban los tareferos para la semana de trabajo en un yerbal de Aristóbulo del Valle.
“Comente en el diario que acá van a haber más muertes si no ponen mejores señales de tránsito, porque es una zona de mucho curverío y andan rápido. Aparte están haciendo el camino nuevo y hay que prevenir para que no vuelva a pasar algo así”, comentó un vecino.
El accidente se produjo en una zona de curvas y bajada. Si bien desde la Policía de Misiones indicaron que el chofer recorrió por caminos vecinales los 90 kilómetros que separan Villa Bonita del Salto Encantado, familiares de las víctimas señalaron que el camión transitó por la ruta nacional 14, como solía hacerlo, sin que ninguna autoridad lo detenga.

Tragedia anunciada
Hace dos semanas este medio publicó dichos de Carmelo Rojas, secretario general de la Seccional 1155 de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), quien denunció una serie de irregularidades que persisten en el sector yerbatero.
“A pesar de las reiteradas solicitudes, es de conocimiento público las precariedades laborales que existen. Año tras año siguen vigentes los atropellos hacia los trabajadores del ámbito rural, pero especialmente en la cosecha de yerba mate, con altos porcentajes de trabajo en negro e informal, trabajo infantil y traslados en vehículos inseguros en Misiones y parte de Corrientes”, señaló Rojas. Ayer la tragedia le dio la razón.


“Los Mártires de Aurora”

• Octubre de 2000: En Colonia Aurora, un camión que transportaba a un grupo de tareferos, y circulaba por la ruta costera, volcó y como consecuencia dejó un saldo de cuatro muertos y 26 heridos. Fallecieron Julio Benítez, Guillermo Rodríguez, José De Olivera y Ramón Ayala, recordados como “Los Mártires de Aurora”.

Algunos de los sobrevivientes padecieron la amputación de miembros y otros, hasta la actualidad, sufren problemas neurológicos, se aislaron y están sin posibilidad de trabajar.

Según el testimonio de los sobrevivientes, el chofer conducía a alta velocidad cuando el camión sufrió una rotura ocasionándose la tragedia.

Mediante una ley aprobada por la Legislatura provincial, el 2 de octubre fue declarado el “Día del Tarefero” en recordatorio de las víctimas de este accidente. 

• 2004: Ocho trabajadores rurales sufrieron lesiones cuando el camión en el que viajaban volcó sobre la avenida Fundador de Eldorado.

Septiembre del 2009: Un grupo de cosecheros regresaba de Comandante Andresito en un camión a Santa Ana. Sobre la ruta nacional 12, a la altura de Montecarlo, fue embestido por un rodado de similar porte. Un joven perdió la vida y otros 44 trabajadores resultaron lesionados.

• Febrero de 2010: En Apóstoles, tres tareferos de un grupo de doce que viajaban hacia el yerbal cayeron al suelo al desprenderse una baranda del camión que los trasladaba. Uno de ellos falleció. Según testimonios, una rueda habría pasado sobre la cabeza de Fabián Olimpio Pereyra (36), quien sufrió el estallido de cráneo.


• Diciembre de 2012: Una camioneta con once tareferos a bordo, entre ellos un niño de 10 años, volcó y aplastó a uno de ellos. La víctima fatal fue identificada como Miguel Dos Santos, de 32 años. Ocurrió a la altura del kilómetro 34 de la ruta provincial 13, en San Vicente, cuando se precipitaba una lluvia intensa.

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