viernes, 23 de mayo de 2014

Breve Historia Del Primer Monumento Público Correntino


El cuatro de Mayo del año 1828, se inauguró en Corrientes el primer monumento público: La histórica “Columna”, que vio la luz con un acto solemne durante un gobierno de Pedro Ferré.

Por el Dr. Jorge Enrique Deniri – Sec. Jta. de Hist. de la Prov. de Ctes.
Dr. Carlos María Vargas Gómez - Pte. Jta. de Hist. de la Prov. de Ctes.


En aquella oportunidad, dijo el insigne correntino Pedro Ferre:

“Magistrados, venerable clero, respetable pueblo: Nunca puede darse motivo más augusto, ni que exista la más tierna emoción en nuestros corazones, como el primer monumento público, que el pueblo correntino, en prueba de su patriotismo y gratitud, erige a la memoria de sus primeros padres. Él nos recuerda por lo menos la prodigiosa fundación del gran pueblo que habitamos, y el brillante triunfo que aquellos obtuvieron en este mismo lugar, el tres de abril de mil quinientos ochenta y ocho, sin más protección que la divina providencia, y sin otro símbolo de fortaleza que la santa cruz que hoy celebramos; con cuyo portento, la religión católica quedó afianzada en este territorio.


Ciudadanos: habitantes todos: eternicemos la memoria de nuestros héroes, imitando sus virtudes, y magnánima decisión por sostener el suelo, que para ellos no tuvo otro derecho que el de haber sido recibidos en su seno, y para nosotros el habernos visto nacer, habitar en él en tranquila posesión nuestras familias, y producir con su fertilidad nuestra propia fortuna; y con doble motivo inmortalizaréis la vuestra en las futuras generaciones.



Compatriotas: Si las naciones cultas, para perpetuar los nombres de sus fundadores, conservan intacta la memoria de sus dignos ascendientes, levantan columnas, labran estatuas de prodigiosa hermosura; nada importa que la que tenemos a la vista no llegue en valor y excelencia a aquellas, cuando nuestra gratitud queda grabada en más noble materia, en mejores mármoles, cuales son, nuestros mismos corazones. He dicho”.

Sencillo y austero, el Monumento responde a un orden romano compuesto que combina el Toscano con un plinto o pedestal octogonal de caras regulares. En total mide algo más de ocho metros, y el globo que lo remataba originalmente, fue reemplazado por la cruz actual. El conjunto, lo circuía una verja de hierro hasta bien entrado el siglo XX.

Hasta fines de 2013, tenía embutidos en caras opuestas del pedestal, dos óvalos de cobre con marco de hierro, de 50 x 40 centímetros. Uno tiene grabada una gran cruz refulgente rodeada de leños que arden con grandes llamas, fuego y humo. Sobre la imagen, siguiendo el óvalo y en latín, están grabadas las siguientes palabras: “Dextera DominiI Fecit virtutem Salm. 117 Vers. 56.” (De la diestra del Señor llovieron prodigios). Más abajo, en letras de mayor tamaño dice: “El pueblo Correntino erige este Monumento en testimonio de su//gratitud al Soberano Autor de los//Portentos por los qe//su diestra Omnipotente se dignó obrar a favor de sus Pa//dres en el memorable//día 3 de Abril del Año de//1588”.



El otro, presenta como alegoría una coraza que compone la cabeza y cuello de un caballo, y un yelmo que da idea de una cabeza humana que, al hombro, acarrea escudo, fusil o mosquete con bayoneta calada, espada de gavilanes y lanza. Al pie, una serie de líneas onduladas y árboles en un extremo imitan olas, mientras equino y guerrero vadean un río.

Más abajo, una leyenda que se corresponde con la anterior reza: “El mismo PUEBLO CORRENTINO, en//homenaje de su augusto respeto a la//memoria de sus veinte y ocho ilustres proge//nitores en el día 3 de abril de 1588”.

Esas leyendas, refieren a los acontecimientos dados en el sitio donde se alzaba originalmente el monumento, en 1588, cuando los conquistadores alzaron una cruz.

Según algunos autores, el Capitán Alonso de Vera, El Tupí, habiendo fortificado en defensa de las embarcaciones y bagajes, dejó 28 hombres y partió a explorar. Entonces, varios miles de aborígenes asaltaron el pucará, cuyos defensores resistieron hasta las últimas consecuencias.

Atribuyendo los atacantes tan exitosa defensa a un poder no natural, creyeron ver en la Cruz el hechizo protector y buscaron destruirlo, sin éxito, por medio del fuego. En esas circunstancias, un rayo, o un disparo de arcabuz, según las distintas versiones, acabó con el aborigen que hacía cabeza, lo que intimidó al resto, que se retiró en masa.

Los castellanos consideraron milagroso el hecho, y a partir de allí, se generalizó el culto de ese leño milagroso, que fue alojado en una ermita.

En el siglo XVIII, fue trasladado al templo original, en la misma manzana actual. A posteriori, la Cruz del Milagro incombustible se convirtió en la pieza central de los escudos de nuestra ciudad capital y de nuestra provincia.

Hasta 1850, la plaza que rodeaba la Columna recibía ese nombre. En 1851, se la llamó de “Los 28 Héroes”, en 1920 pasó a ser “Juan Torres de Vera y Aragón”.

La antigua “calle ancha” que unía La Columna con la Iglesia de 1730, fue rectificada dándole la dirección de las calles paralelas, y en 1851, la “Calle de la Columna” fue el límite de la zona edificada. En 1902, ya era la “Avenida 3 de Abril”.

A comienzos de los 70, con el tendido del puente interprovincial General Manuel Belgrano, La Columna, ya desprovista de su verja, e inserta en una pequeña plazoleta flanqueada por ambos lados por las distintas calzadas de la Avenida, fue reubicada donde se halla actualmente.
Allí se conmemora cada mayo el día del Milagro de la Cruz, y una Columna labrada en madera, que remata en una pequeña cruz de plata, es el premio anual de la Junta de Historia de la Provincia de Corrientes a quienes se destacan en el cultivo o apoyo a la Historia provincial.

Los óvalos originales, los retiraron el 28 de noviembre de 2013 integrantes del Instituto de Cultura y la Junta de Historia, siendo reemplazadas por facsímiles, en cumplimiento de la Ley 6088/2011, sancionada por iniciativa del Poder Ejecutivo Provincial, a instancias de la Junta de Historia. Actualmente, están custodiadas en el Archivo General de la Provincia, hasta ocupar su destino definitivo, en el Museo Histórico de Corrientes.

las negritas corresponden al editor de ñeepora.com.ar



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