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“La hoja es el equivalente a la vida”

Entrevista con Franco Rivero

domingo, 10 de septiembre de 2023

María Rosa Lojo: “Escribir es un acto exploración”

 
La escritora María Rosa Lojo estuvo presente en la Feria Iberoamericana del Libro del Chaco “Leer en democracia”. Trajo  su libro más reciente Lo que hicieron ahí, editorial Corregidor. A María la acompañará Milagros Rojo Guiñazú.


Por Paulo Ferreyra - Especial para la FIL Chaco 2023

Foto Alejandra López


Organizada por la Fundación del Libro y la Cultura y el Gobierno de la Provincia del Chaco a través del Instituto de Cultura y de los ministerios de Educación y de Planificación, Economía e Infraestructura, esta edición de la feria celebra más de quince años de trayectoria. Está abierta al público hasta este domingo 10 de septiembre y se pueden adquirir libros al 50 por ciento de su valor.


 

María Rosa Lojo es poeta, narradora y ensayista. Su obra creativa incluye libros de microficciones líricas y poemas en prosa. Además, sus libros se ha traducido al inglés, francés, italiano, gallego, tailandés y búlgaro. En el presente año la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires la declaró Personalidad Destacada de la Ciudad en el ámbito de la Cultura.

En el marco de la Feria Iberoamericana del Libro llega para presentar su más reciente obra literaria Lo que hicieron ahí. En esta charla hablamos del libro y también de la literatura de género.

 

— Tenemos en manos un nuevo libro de cuentos que puede ser leído en clave de novela. ¿cómo surgió esta obra?


— Con un primer cuento, Perfiles, geminó todo un libro. En este cuento hay dos personajes claves que después se van a desarrollar en cuentos posteriores. A partir de una situación anómala que se describe en ese cuento. Hay una escena, encuentro sexual en un hotel. A partir de ahí se me ocurrieron otras situaciones con esos dos personajes. A lo largo del libro se despliegan líneas cronológicas distintas y en direcciones diferentes, pasado y presente.

 

— ¿Cómo es la construcción de esas historias que se fueron ramificando? ¿Te la pedía el mismo texto o buscaste abordar determinados relatos?

 

— Las historias se suceden a medida que escribo. Fuera de la escritura no pasa nada. A medida que iba escribiendo se me ocurrieron nuevas vinculaciones posibles a partir del primer cuento.

Te cuento una escena: hubo un accidente de un micro escolar que choca contra un camión cuyo conductor está borracho. Desde ese lugar se disparan los vínculos de familias de una zona geográfica determinada. Desarrollé la vida de distintas personas, como por ejemplo la vida del camionero. Este libro tiene una estrecha vinculación con toda la historia del país, que también se va palpando a lo largo del desarrollo del libro. No voy adelantar más para que sea el lector quien reconstruya la historia.


 

—¿Pensaste en algún lector en especial?

 

— Cada relato tiene su independencia. Si los lectores pueden leer los cuentos al azar, pero van a entender la historia de una forma mucho más profunda se leen le libro de una forma metódica. Van a entender mucho más y van a disfrutar mucho más de su lectura, de los personajes y las distintas escenas. Aconsejo leerlo en orden. De esta forma van armar el rompecabezas de una forma mucho más acabada.

 

— Saliendo un poco del libro, me gusta el concepto de la metáfora como un puente. Tu escritura de alguna manera se fue configurando así, ¿tu escritura está hecha de puentes?

 

— Sí, totalmente. Voy a completarlo con otro concepto. Siento que escribo en redes. Escribo en redes porque ningún personaje está aislado del todo. La vida es así y no existe el individuo aislado, existe el individuo en relación con otro. Me parece que si algo podemos hacer los escritores y las escritoras es constituirnos en ese canal por donde fluyan las diversas voces que componen el todo.

 

— Ahí también quería llegar, además de una gran escritora sos una gran lectora, ¿podes nombrarnos algunas de esas voces de la cual sos un canal para decirnos cosas?

 

— Cuando era chica en mi casa no tenía una tradición argentina. Mis padres eran españoles, venían de la diáspora. En casa había libros y mi mamá había tenido una librería en Madrid. Es decir, había material de lectura, pero no había libros argentinos y esa fue una ausencia de la que me fui dando cuenta con el paso del tiempo.

 

Entré a la literatura argentina a los 14 años, en plena adolescencia, cuando mi papá me trajo un stand de libros de la colección Clásicos de Jackson. Ahí leí el libro Los siete platos de arroz con leche de Lucio Mansilla. El autor contaba un momento importante de la Argentina. Retrató a su tío Juan Manuel de Rosas leyéndole el mensaje que piensa leer en la Legislatura en víspera de su caída. Es una anécdota familiar que ocurrió en la intimidad y que configuró de alguna manera mi forma de hacer literatura. De lo íntimo a lo público. Ese libro ha marcado mi propio camino. Escribo historias, hago microhistorias colectivas a través de la historia familiar.

 

— ¿Qué otros nombres pasan por este canal?

 

— Son muchos. En mi adolescencia también descubrí a Jorge Luis Borges. Miguel de Cervantes es otro, quien en el Quijote habla sobre el conocimiento engañoso de la realidad. Después leí de manera temprana y con mucho impacto a los poetas de la Generación Española del 27. Años más tarde vino Victoria Ocampo, la literatura latinoamericana con Juan Rulfo, por ejemplo, un escritor que sabía de reunir voces. Hay muchos.

 

— Hace poco Mariana Enríquez decía que del Boom Latinoamericano pasamos a Bolaños y después, el presente, con la corriente feminista de escritoras. ¿Coincidís con esa división?

 

— En cuanto a difusión internacional creo que ese fenómeno ocurre en la actualidad. Ahora hay que decir también que las mujeres siempre hemos producido literatura. Siempre hubo literatura disruptiva escrita por mujeres. Hoy hay una generación que tiene más visibilidad.


 

Hubo grandes escritoras pero que fueron menos visibles. Escritoras que eran leídas de manera lateral. Pero siempre existieron mujeres que estuvieron escribiendo y publicando. Una de las tareas a las que me aboqué justamente fue revelar el trabajo de las escritoras del siglo XIX. Un ejemplo claro es Eduarda Mansilla. Sarmiento fue un feminista a su manera, promovió la educación femenina y las obra de las mujeres.

 

El feminismo literario no se ha inventado hace diez minutos. Recordemos que había mujeres que acompañaron la Revolución Francesa y que escribían sobre los derechos de la mujer. En nuestro país los movimientos pidieron diferentes cosas en momentos distintos de nuestra historia. Ahora hay un momento de visibilidad excepcional donde, además, se amplían los derechos.

 

— En los últimos años has visitado muchas ferias de libros, ¿qué significa para vos venir a la Feria Iberoamericana del Libro?

 

— Para mí visitar cada feria significa mucho. Estuve varias veces en Resistencia, en la Universidad y en la Fundación Mempo Giardinelli. En la Universidad tengo la alegría de que estudien mis libros, la profesora que me va acompañar a presentar mi libro, Milagros Rojo Guiñazú, es quien trabajó mis textos. Hace unos años, antes de la pandemia, estuve realizando unos seminarios en Resistencia. Es una gran satisfacción venir, me enriquecen muchísimo todos los encuentros con lectoras y lectores.

 

— De alguna forma, también para eso se escribe, ¿o no?

 

— Escribimos siempre para descubrir algo. No escribimos para informar a los lectores de cosas ya sabidas. Ante todo, escribir es un acto exploración. En lo personal, implica comprometerse en una aventura de revelación o autorrevelaciones de algo que no estaba dicho o que no estaba descubierto.

 

Los libros sin lectores no existen. Pasan a ser objetos o pedazos de papel, manojos de papel de nada. Son los lectores quienes despiertan los libros como potencialidad. Creo que no somos plenamente conscientes los escritores de lo que sucede con los libros. En  lo personal, no escribo para leerme a mí misma.  Habrás visto que tengo un concepto muy colectivo del sujeto creador. Se construye en diálogos. No se construye en soledad. Si bien la tarea de escribir es una tarea muy solitaria por su misma naturaleza, estamos sentados frente a una máquina o frente a una hoja de papel, el poder de la escritura se revela cuando se comparte. Se abre un mundo cuando compartís tus textos. Si no compartís tus textos se convierten en una cárcel de los sentidos.

 

jueves, 3 de agosto de 2023

“Es con el público donde se magnifica y toma vida lo que hacemos”

 


Diez años de Tajy. El trío conformado por Belén Arriola, Alejandro Tato Ramírez y Víctor Piñeiro realizará un show celebrativo. La cita es este sábado en la Sala del Espacio Mariño a las 21, en Corrientes.

 

Por Paulo Ferreyra

sapukai.culturas@gmail.com



El reconocido trío correntino cumple diez años y lo celebrará en un concierto en el Teatro del Espacio Mariño este sábado 5 de Agosto a las 21. Preparan un repertorio amplio con canciones propias y muchas historias, y estarán acompañados por invitados especiales.

 

Alejandro "Tato" Ramírez en acordeón, José Víctor Piñeiro en guitarra y María Belén Arriola en violín le dan vida a la propuesta musical de Tajy. “Nosotros hacemos música del litoral contemporánea”, así me explicaron los músicos hace diez años, a fines de 2013 cuando hacíamos las primeras entrevistas. “Vamos puliendo ideas y vamos tocando mejor a medida que podemos plasmar lo que proyectamos. Nuestro desafío es la sonoridad”.

 

Desde la llegada de Tajy han formulado una vuelta a la génesis del contacto con el sonido. Acercarse a la música para disfrutar, despejar en ese instante las barreras que hablan de chamamé, rasguido doble, charanda, entre otros géneros que pueblan la región.

 

A lo largo de estos años han grabado cinco discos, el primero fue Florece y el más reciente, Raíz Chamamé. En su corta historia, cuentan con una nominación a los Premios Gardel y presentaciones por gran parte de la Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil. Estuvieron presentes en fiestas importantes y compartieron escenarios con artistas referentes como Teresa Parodi, Luis Landriscina, Jorge Fandermole, Coqui Ortiz, Julian Zini, entre otros.

 

Volver al concierto de sala


El concierto de este sábado tiene un tinte especial que es volver al concierto de sala. “En esta ocasión vamos recorrer temas de los cinco discos. Traeremos anécdotas que nos fueron pasando durante estos diez años a medida que fuimos trabajando cada disco. Habrá músicos y artistas invitados, también una puesta en escena importante”, explicó Victor Piñeiro. “Nos gusta la sala Mariño. Venimos tocando ahí hace tiempo por el sonido que tiene la sala, y por el patio que es hermoso. Nos gusta, además, dialogar con la agenda de un espacio cultural importante hoy en Corrientes”.


 

Hace unos días cortamos una siesta para charlar con Víctor. En esta charla repasamos algunos aspectos de estos diez años del trío y ofreció detalles de cómo será esta celebración. “Disfrutamos mucho de los procesos de trabajo. Lo que tengo más presente de cada disco es el proceso de estar los tres haciendo arreglos y ensayando cada tema. Escuchándonos y compartiendo nuestras experiencias”, arremete al tiempo que hace una pausa para escuchar la primera pregunta. 

 

— Vamos hablar de una fiesta que se vivirá el sábado en los diez años de Tajy. Antes de hablar de cosas lindas me gustaría empezar por las cosas ásperas, ¿cuál fue el escollo de los comienzos o lo que todavía se sostiene en estos años del grupo?

 

— Creo que para nosotros, como para gran parte de los músicos que nos queremos dedicar a la música, el mayor problema es la profesionalización de nuestra actividad. Han surgido dificultades a la hora de la gestión y al momento de sacar a flote nuestras ideas. Tanto en la provincia como en la región todo lo que sea fomento a la cultura, y especialmente a la música, es muy complejo. Sin embargo esa cuestión fue para nosotros un motor que nos desafió a generar y llevar a cabo nuestros proyectos.

Estas cuestiones las vivimos como jóvenes cuando conformamos el trío hace diez años atrás. Todavía el contexto no ha cambiado. Con cualquier artistas que hables y se sincere en la región es complicado hacer autogestión. Cuando creas algo que no está en línea con el mercado es difícil tener espacios para expresarte. Nosotros buscamos crear un lenguaje artístico que tiene una fuerte vinculación cultural que no sigue la lógica del mercado.


 

— Pasemos a cosas buenas, ¿qué fue lo mejor de estos diez años?

 

— Lo mejor fue y sigue siendo el proceso de trabajo que tenemos en el trío. Nosotros vivimos y disfrutamos de este camino. Esto implica tanto la conformación de un lenguaje sonoro artístico propio como el encuentro con otros artistas. Desde el comienzo planteamos temas propios, hicimos cinco discos y compusimos con otros referentes culturales. También quiero mencionar la relación que fuimos construyendo con el público que nos devuelven cosas que nos motorizan a seguir haciendo música.

 

 — ¿Qué cosas hay de aquel trío que decidió formarse hace diez años?

 

— El primer álbum que grabamos, Florece, fue un arrebato de buscar sellar nuestro comienzo. Teníamos ya una identidad, una manera de hacer música que necesitábamos plasmarla. Hace poco volví a escuchar ese disco y hay cosas que siguen estando presentes diez años después.

En 2013 nos habíamos juntado los tres. Se encendió una chispa que sigue estando cuando tocamos los tres. Hoy estamos más maduros musicalmente y también en nuestra relación interpersonal como grupo. Este camino recorrido nos confirmó en la amistad, nos une la música y hay un lazo afectivo entre los tres. A nosotros se nos suman también gente que ha trabajado desde el comienzo con nosotros y todos conformamos una gran familia.

 

— Pensando ya en la noche del sábado, ¿podés contarnos tres motivos por los cuales levantan la copa de Tajy?

 

— En principio brindar por estos diez años de la familia. Por no abandonar el eje artístico musical por el que estamos transitando. El grupo fue forjando vínculos muy importantes que también hacen a nuestra formación. Cuando hablo de encuentros también hablo del público, es ahí donde se magnifica y toma vida lo que hacemos. Nos han hecho devoluciones muy lindas y nos han acompañado de una manera muy importante para nosotros.

 

— ¿Cómo están armando esta celebración?

 

— Será un show celebrativo. Vamos a tocar en un formato en sala. Nos encanta ese formato. Nos gusta todos los formatos pero el concierto en sala es algo que después de la pandemia desapareció. Son escasos los lugares donde poder tocar en sala en Corrientes.

 

— El silencio de la sala es otra cosa.

 

— El silencio y la energía del concierto son otra cosa. Un gesto musical. Se escucha todo. Una respiración o un aplauso anticipado del público, se percibe todo de otra manera. Un silencio que se prolonga en el tiempo se siente muy fuerte en la sala.

 

— ¿Cuál es el criterio que tomaron para seleccionar el repertorio para este concierto?

 

— Lo primero que nos planteamos fue recorrer los cinco álbumes que tenemos. Empezamos a mirar cada tema y repasamos las historias que nos llevó a escoger los temas de los distintos discos. Hay anécdotas que nos conectan con la música y ese abordaje es significativo para nosotros. Hay un lazo afectivo y musical. El noventa por ciento del concierto estará conformado por canciones propias de Tajy.



 

Identidad

 

Un sello distintivo de Tajy es haber encontrado un sonido, una identidad sonora. Cuando alguien pone un disco de trío identifica esa particularidad. Esto los dicen los melómanos y también sus colegas los músicos. “Lo que ha motorizado esta identidad es el abordaje de conceptos”, explica Víctor. “Somos inquietos a la hora de trabajar una canción o un disco. Hacer algo para nosotros es decir algo. En ese decir algo hay una construcción, hay cosas que están pensadas, todas las canciones y los arreglos están ahí por un sentido para nosotros. Nunca metimos algo por relleno”.

 

Las entradas anticipadas para el concierto de este sábado 5 son limitadas y se pueden adquirir en la boletería del Espacio Mariño o mediante links disponibles en las redes oficiales de Tajy (@tajyoficial).

 

Entre los pasos que dio Tajy en los últimos años se vislumbra la consolidación de las voces. Cuando comenzaron se habían plantado como grupo instrumenta pero las canciones cantadas fueron ganando terreno. “Nosotros no somos cantantes profesionales o de vocación”, advierte Víctor Piñeiro al tiempo que aclara: “Nos gusta abordar el canto y lo hicimos, sobre todo, con el disco Canciones como semillas. Componemos y defendemos nuestras canciones desde el canto. La voz es una herramienta y un instrumento para transmitir nuestra mirada del mundo”.

 

jueves, 12 de mayo de 2022

Charla sobre poesía con Carlos Battilana y Daiana Henderson

 


“Me parece muy necesario para estos tiempos reflexionar sobre la cuestión de las temporalidades de la poesía”, señala Daiana Henderson. “El Festival Mulita es posibilidad de compartir con otros escritores y escritoras mis poemas”, describió Carlos Battilana. 


Entrevista Eliana Coronel y Paulo Ferreyra

Especial para mulitadigital.com.ar


Este viernes arranca en el Fogón de los Arrieros de Resistencia el Festival Mulita. Estarán presentes autoras y autores de referencia nacional e internacional. En festival de extenderá hasta el sábado con una programación que incluye charlas, talleres, lecturas, muestra artística y espectáculos musicales.


Dos de los poetas convocados son Carlos Battilana y Daiana Henderson. Ambos compartirán la charla “Poesía urgente, poesía fuera del tiempo”, junto a Lucas Brito Sánchez.

Carlos Battilana, es de Paso de los libres, Corrientes. Escribió El fin del verano, El lado ciego, Presente continuo, La hiedra de la constancia, Velocidad crucero y Una mañana boreal. "La poesía de Carlos es una poesía sobre cómo parar al corazón neurótico, cómo ejercer el esfuerzo permanente de la fe; la poesía no es huida sino reparación, no obsesión sino persistencia", escribe Santiago Llach en la contratapa de la poesía reunida de Carlos Battilana, publicada por Caleta Olivia.

Daiana Henderson, nació en Paraná, Entre Ríos. Actualmente reside en Rosario. Es co-directora de Editorial Neutrinos, y estudiante de Comunicación Social. Publicó entre otros los libros de poesía El gran dorado, A través del liso, Un foquito en medio del campo e Irse. 

 “Daiana Henderson es una poeta de nuestro tiempo. Es una de las tantas pruebas de que la poesía sigue viva y latiendo. Que la seguimos necesitando para deshacernos un rato, y rehacernos después”, señala Anshi Moran en el blog La Libre.

 

 

— ¿Conocían el festival? ¿Cómo tomaron esta invitación para participar?

Carlos — Por un lado conocía la existencia del Festival Mulita por escritoras y escritores amigos que habían ido antes. Cuando me invitaron se despertó en mí mucho interés. Me convoca la posibilidad de compartir con otros escritores y escritoras mis poemas.

Daiana— Si lo conocí en el 2019 cuando coincidimos con Mariano Quirós en un feed back en Santiago del Estero donde estábamos invitados. Estuvimos charlando, intercambiando experiencia porque trabajé mucho tiempo organizando un festival de poesía en Rosario y ahí me interiorice en el festival

Cuando recibí la invitación fue con mucha alegría, primero porque se interrumpió ese intercambio vital y fundamental que son este tipo de encuentros y el desplazamiento a otras geografías que también en parte de lo más nutritivo

 

— Viendo el programa van a compartir espacio con otros poetas en una mesa bajo un título interesante, "poesía urgente, poesía fuera del tiempo". ¿Cómo se preparan para hablar de estas cosas?

Carlos — Vamos a charlar con otros poetas sobre estas cuestiones. Ahora que me preguntas hay una diferencia entre la poesía urgente y la poesía fuera del tiempo.

La poesía urgente es la que se considera una poesía comprometida, que tiene que ver con el momento donde se responde a una coyuntura política o social. Por otro lado cuando se habla de poesía fuera de tiempo no sé bien a qué se refiera, quizás tenga relación a que cuando uno lee o escribe poesía esta con una temporalidad diferente a la cronológica. Hay una ruptura de lo cotidiano para ingresar a otra dimensión, a un tiempo que nos permite captar o comprender aquello que queremos decir.  No creo que la poesía esté fuera de tiempo pero sí creo que puede remitir a una temporalidad distinta a la cotidiana. Cuando lees o escribís un poema se rompe el curso de lo cotidiano.

Daiana — Me parece súper interesante el eje del debate y de la conversación. Y también me parece muy necesario para estos tiempos reflexionar sobre la cuestión de las temporalidades de la poesía.

— Estas dos concepciones “poesía urgente, poesía fuera del tiempo”, ¿están presentes a la hora de escribir? ¿Qué les sucede a ustedes?

Carlos — Lo que pasa es que son dos visiones diferentes. Por ejemplo, cuando escribo o cuando leo poesía, incluso cuando experimento un estado poético se rompe el vértigo de la eficacia capitalista y se ingresa a otra instancia. Escribo desde ese lugar. Insisto, no creo que la poesía esté fuera de tiempo. Siempre la poesía es histórica. Por ejemplo, vos podés pensar en algo que te gusta mucho y cuando estás ahí estás en otro tiempo. Si te gusta la literatura, el cine o el teatro entras en un estado diferente. Con la poesía pasan esas cosas. El sábado vamos a ver qué surge de esta conversación. Todavía estoy pensando en esa temática.

Daiana— Es complejo. La urgencia tiene una acepción doble. Por un lado está la cuestión  de lo inmediato y por otro lado tiene la cuestión de lo necesario. Entonces por el lado de lo necesario si me encuentro con la cuestión de la urgencia pero me parece que la poesía funciona en otra temporalidad o construye otra temporalidad que no necesariamente tiene que estar respondiendo a demandas de la contingencia. Me parece que hay otros discursos y otros espacios textuales que son más atinados para ese tipo de demandas. Me parece que la poesía no tiene por qué responder a eso.


 

— Me disparan además del arte otro ejemplo,  el amor. ¿El amor es ese no tiempo compartido con otra o con otro? ¿El amor aparece en sus poesías?

 

Carlos — Totalmente, estoy de acuerdo. La noción de poesía y la noción de amor no sé si son diferentes. Cuando uno enuncia poéticamente, aunque enuncie con odio, enuncia algo verdadero, auténtico, genuino. Nada más auténtico que cuando uno siente amor.

Daiana — Mi forma de relacionarme con la poesía, que no solamente es el momento de la escritura solitaria, sino que para mí es una búsqueda estética, artística o una obra, también se va conformando en los movimientos afectivos que uno hace tanto con los pares como los amigos que comparten el camino y también con las vinculaciones editoriales que la poesía tiene una relación muy particular con la vida editorial. Lo afectivo me parece que atraviesa todo, diría que sí pero no desde un lugar temático.

 

— Ambos han hecho talleres de escritura y ese es su mundo de alguna manera, ¿qué les convoca la poesía? ¿por qué seguir eligiendo la poesía?

 

Carlos — Qué puedo responder. Entiendo el mundo desde la poesía. Mi modo de ver las cosas tiene que ver con la poesía. No concibo el mundo sin poder leer y escribir literatura. La poesía es mi oxígeno. La poesía me constituye subjetivamente, está asociado a lo que pienso del mundo y a lo que siento. Hay estados más poéticos que otros, a veces cuando no estoy escribiendo me preocupo un poco. La poesía también te lleva a esa primera infancia, un estado flotante donde no tenemos conciencia del todo.

Daiana —No puedo no hacerlo. Por un lado es una elección de vida. Para mí no se trata solamente de sentarme a escribir, corregir un texto y de publicarlo. Obviamente esa es una parte muy importante de todo el proceso. Asumirme poeta es comprometerme con la vida y vivir de una determinada manera. La poesía está en un diálogo natural conmigo misma todo el tiempo, así lo vivo.

 

— La poeta Laura Yasan decía que un buen poema se puede arruinar con una mala lectura, ¿cómo incide en ustedes la oralidad del poema?

 

Carlos — La poesía busca la oralidad porque busca la voz, todo poema quiere volver a la voz. Eso no significa que el poema reproduzca enunciados coloquiales, puede hacerlo y de hecho hay excelentes poemas en ese sentido. Pero cuando digo que busca la voz lo que está buscando la poesía es un estado de fluencia de la lengua, de enunciación primera, por eso tiene una dimensión oral. Además no hay nada más lindo que leer un poema en voz alta. Cuando uno lee un poema, aunque sea de otro autor, lo que está buscando es una voz, una voz que está en el poema y que también está en uno. Hay distintas formas de leer las cosas, distintas tonalidades, no hay una voz unívoca sino que tiene relación con el modo de leer cada uno. Inciden la tonalidad de las palabras y los silencios, las pausas que hay en el poema. La poesía tiene que ver con la respiración, los poemas respiran y eso es de carácter oral.

Daiana — Lo pienso doblemente como la persona que lee en público como la que escucha, que son experiencias bastante diferentes. Como la que escucha, un poema no se puede arruinar porque me parece que la performance, que es algo que a mí me importa mucho, en el sentido de la puesta en voz y cuerpo de un poema, se conforma con el estilo aunque sea voluntario o involuntario de la poeta, o de la persona que lea.

En cuanto a leer. El término me queda un poco corto, lo pensaría como una lectura performática, no llega a ser una performance pero tampoco una lectura en voz alta de un texto, es como un término medio. Lo que sucede ahí en el momento que también se conforma con lo que pasa en ese aquí y ahora, con la gente que está ahí, en el espacio que está ahí, en la escucha que se arma, es como un momento colectivo que es muy significativo. Y por supuesto una puede sentirse más satisfecha o menos satisfecha con cómo ha salido, pero es parte del aprendizaje.


viernes, 17 de diciembre de 2021

Se cumplen 28 años del Café El Mariscal

Este viernes se cumple un nuevo aniversario del bar mítico de la ciudad de Corrientes. La casona que alberga desde hace 28 años al Café El Mariscal fue protagonista de muchos hechos históricos de Corrientes. Su ubicación en la esquina de Salta y Carlos Pellegrini, la ubican como testigo mudo de importantes acontecimientos.


por paulo ferreyra

 

“Pensar en un nuevo aniversario es remontarse a los comienzos de El Mariscal. Esto significa tener presente a todos los que han pasado durante estos años. Hoy el valor más importante que tenemos es la permanencia, el vínculo que los artistas y con los intelectuales. Hemos generado un espacio de cobijo para la cultura”, destacó el arquitecto Gabriel Romero. El junto a Alcides Romero llevan adelante este espacio cultural. Alcides, se pocas palabras no ocultó si felicidad y alegría ante este nuevo aniversario.



“A lo largo de este tiempo han pasado muchos referentes importantes como Marcelo Fernández, Juan José Folguerá, Lita Folguerá, Oscar Portela, entre muchos otras que ha marcado de alguna manera la vida cultural de Corrientes”, agregó Romero.

En el último año han virado un tanto las actividades para darle una impronta gastronómica. “En principio tuvimos la iniciativa de hacer cenas especiales con chef invitado en la planta alta de El Mariscal. Cuando llegó la pandemia el espacio se volcó a generar recursos en el mismo sentido, por ello ofrecimos platos especiales desde marzo del 2020 hasta hoy. Durante este tiempo lo hicimos infaltablemente cada viernes”, explicó.

 

Exposiciones

Durante estos últimos años, si bien no ha hecho espectáculos, diferentes artistas plásticos han expuesto sus obras en las paredes del Café. Así han pasado por ejemplo José y Salvador Mizdraji, Norma Capponcelli, Chela Gómez Morilla, Esteban Gómez, Marta Cordera, Mariza Hierro, Gustavo Mendoza, Andrea Spada, Pablo Velar, Marcos Villordo, Javier Retamoso, Mauro Robín, entre muchos otros.

 

Nispero en el Café

En lo inmediato el Café El Mariscal propondrá algo único en el marco de la 31º Fiesta Nacional del Chamamé y 17º Fiesta del Chamamé del MERCOSUR. Durante estos días tanto al mediodía como a la noche los cocineros de Nispero, del espacio Kuratu, estarán ofreciendo platicos típicos de Corrientes.

“Durante los días de la fiesta, del 14 al 23 de enero, estaremos proponiendo un menú de comidas netamente correntino. Diferentes tipos de chipá, mbeju, sopara paraguaya, entre muchos otros platos”, comentó Edgar Maidana de Cocineros de Nispero.

martes, 9 de noviembre de 2021

Valeria Elide Salcedo en ArteCo21

 


La artista chaqueña participa en la tercera edición de ArteCo, con la Galería Almacén de Arte. Recordó con especial afecto a la curadora Laura Seniquel. Hablamos aquí sobre su producción.


por Paula Ferreyra

Especial para ArteCo 2021


En la galería Almacén de Arte están los artistas Carmen Padilla, Mariquena Vallejo, Regina Ziraldo, Paz Secundini, Sofía Aixa María Guzmán, Valeria Salcedo, Melissa Scolari, Daniel Aime, Santiago Estellano, Federico Kirschbaum y Leo Mayer.

 

La artista Valeria Elide Salcedo comenzó a trabajar con ellos a principios de este año. Ella es artista visual y arquitecta de la provincia del Chaco. Es fotógrafa y se especializó en fotografía química y procesos alternativos. Trabaja y destaca el soporte fotográfico, interpelando la materialidad con técnicas como fotografía estenopeica, colodión húmedo, decoupage, cianotipia y antotipia. Experimenta resignificando materiales (maderas, metal, vidrios, latas, cartón, papel de fibras naturales artesanales).

 

En diálogo telefónico, manifestó su gusto por trabajar en compañía de una galería. “Es un gusto laburar con ellos” – contó. Es la primera vez que me representa una galería, es un espacio que me genera mucha admiración. El Almacén está destinado a difundir el quehacer de los artistas contemporáneos, lo dirige Leo Mayer. La Feria de ArteCo vino a resumir conceptualmente lo que es la galería, porque afianza otro circuito por fuera de Buenos Aires. Aquí hay muchos proyectos colaborativos y artistas individuales”.

 

Cabe recordar que hoy culmina la tercera edición de ArteCo. La feria es un espacio de venta de obras online de artistas, galerías y otros proyectos del NEA. En un formato híbrido que combina la experiencia de exposición y venta de obras online de artistas y galerías y otros proyectos del NEA, con un programa especial de exhibiciones, intervenciones urbanas, conversatorios y capacitaciones. La apuesta de este año cuenta, como las ediciones anteriores, con iniciativas de otras provincias invitadas y también del Paraguay. Si bien la feria termina, la plataforma www.corrientesarteco.com seguirá abierta para quienes quieran conocer el arte de la región.

 

Fotografía orgánica

 

Para Valeria Salcedo, el hecho de estar con una Galería de Arte refuerza la potencia de trabajar en equipo. “Así podemos identificarnos con nuestros pares -que me parece sumamente importante en el arte-, reconocernos y poder crear cosas juntos”, afirma.


 

Ella trabaja en lo que ha definido como fotografía orgánica, porque procesa con tintes naturales de una planta que se llama urucú. “Dentro de las propuestas artísticas que hace la galería, hay un diálogo importante entre los artistas. Aquí apuntamos a técnicas alternativas dentro del arte. Hay cerámica, fotografía, grabado. Además hay una búsqueda de lo que estamos diciendo desde el arte con estas técnicas”, sostuvo.

 

Buenas nuevas

 

La participación de la galería Almacén de Arte está disfrutando unos buenos días en ArteCo. En principio, porque ya el día en que se abrió la plataforma www.corrientesarteco.com la artista Carmen Padilla vendió una obra. Además, en los conversatorios que se están realizando, participa otra artista del Almacén, Paz Secundini, quien habló sobre arte y artesanía.

 

En la página web o plataforma, dentro del abanico de información, hay un sector llamado Recorrido. Es una propuesta sugerida por la curadora Laura Seniquel a partir de piezas de los proyectos invitados y artistas, galerías, colectivos y espacios seleccionados. Al ingresar, un texto de Seniquel explica: “La carencia de un espacio expositivo, la imposibilidad del encuentro físico o un hábitat silvestre y fluctuante no son obstáculos para hacer visibles a artistas que ponen el cuerpo en el terreno o cuyas obras muchas veces apuestan a lo fugaz e intangible. Desde el lugar geográfico en el que se encuentran, lanzan propuestas de vinculación con artistas de otros puntos del país, ofreciendo la posibilidad de descifrar imágenes y conceptos originados dentro de contextos socio-políticos y artísticos distintos”.


 

Por su parte, Valeria Salcedo expresó con emotividad su felicidad porque una obra suya ha sido seleccionada para ese recorrido virtual. “Es una alegría estar en ese recorrido sugerido de ArteCo. Cuando vi mi obra ahí, me puse feliz. Se despertaron en mí muchas emociones, porque estos recorridos tienen una selección curatorial hecha por Laura Seniquel. Ella es una de las artistas que estaba trabajando desde los inicios de ArteCo. Es una colega con la que me he encontrado en el camino del arte muchas veces, muchos artistas estamos conmocionados con este momento, tras su partida. Laura tiene una obra inmensa y para la feria vio un montón de obras, entonces estar seleccionado por ella en un recorrido es un privilegio y un regalo muy grande. Era y seguirá siendo una artista muy querida”.

 

Serie Urucú

 

Actualmente, Valeria Salcedo trabaja “fotografía orgánica”. Ha decidido llamarlo así porque realiza copias fotográficas utilizando tintes naturales de plantas, raíces, semillas, flores y luz solar como la fuente generadora de las imágenes.  “Las últimas obras las desarrollé en el Chaco. Experimenté con variedad de plantas para finalmente profundizar con ‘urucú’. Se trata de una especie nativa cultivada desde la época precolombina. Con sus semillas podemos obtener un tinte rojo/anaranjado intenso. Desde lo fotográfico, su color intenso tiene gran resistencia al sol y pude generar copias con gran calidad de detalles. Cada foto lleva más de ocho días de exposición para realizarla, variando esta cantidad de días según las condiciones climáticas.

 

“Lo que busco con estas obras es invitarlos a vivir la experiencia orgánica. La técnica que trabajo es ‘antotipo’, no posee método de fijado, el mismo sol que da origen a las imágenes las hará desaparecer. Son fotografías efímeras. Para compartir este proceso, lanzo próximamente (a mediados de junio) la venta de la última serie ‘Urucú’ y podrán adquirir las copias fotográficas más un ‘fanzine’ con toda la información para realizar sus propias fotografías con la técnica. Por ahora solo a la venta a través de la Galería Almacén de Arte”.

Robin Baena en ArteCo21


Culmina hoy la tercera edición de ArteCo. La misma tuvo un programa especial de exhibiciones, conversatorios y capacitaciones, la apuesta de este año, como en las ediciones anteriores, cuenta con iniciativas de otras provincias invitadas y también del Paraguay. Uno de los artistas que participa por medio del Espacio de Arte Galería Jacarandá, es Robin Baena. Sus obras pueden seguir observándose en la plataforma www.corrientesarteco.com. 


por Paula Ferreyra

Especial para ArteCo 2021


Robin Baena está feliz – al igual que todo el equipo de Jacarandá – porque en las últimas horas vendió una de sus obras. En comunicación telefónica dio más información sobre su formación y recorrido artístico. Ahora vive y trabaja en Buenos Aires. A los 17 años se mudó a la gran ciudad. Sus primeros pasos artísticos los dio a los a los cuatro años en la escuela municipal de Goya. El segundo paso fue con Mariza Hierro. “Con Mariza puedo decir que nunca terminé. Cada vez que vuelvo a Goya nos juntamos en un contexto de taller”, deslizó.

Cuando Robin tenía 13 años expuso por primera vez en el Espacios de Arte Galería Jacarandá. En ese momento hacía obras de denuncia. Había buena armonía en el grupo, viajaban, hacían muestras colectivas y muestras individuales. Robin empezó volcado a diferentes temas relacionados a la cultura general de la sociedad. “A pesar de mi corta edad, a los 13 y 14 años, hice obras relacionadas sobre anorexia, bulimia, drogadicción y contaminación. Las cosas que percibía y leía me influenciaron profundamente”, explicó sobre sus inicios.


Serie enigma

Actualmente Robin Baena está trabajando sobre una serie a la que denomina Enigma. A los 17 años dejó Goya para instalarse en Buenos Aires. Hoy tiene 24 años. Entre sus primeros trabajos en la ciudad hizo desnudos con modelos vivos. Después se volcó a la abstracción. “Me llama mucho la atención lo energético y los puntos de tensión que nos da la naturaleza. Este año, por ejemplo, hice una obra que lleva el título de Pintura para mi muerte. Es una de las que seleccioné para participar en ArteCo. En ella fantaseo con mi muerte y esta obra hacía tiempo que quería plasmarla. Cuando construí esta obra – Pintura para mi muerte – comencé a trabajar sobre la serie Enigma. Por el momento tiene tres cuadros y los tres están participando de la feria por medio de Jacaranda”.


 

La técnica que usa Robin es mixta y en algunos casos de gran formato. La obra “Pintura para mi muerte” mide un metro noventa por uno cincuenta centímetros, trabajó con retazos de tela.

 

En otra obra que lleva el título de “Concatenación de la vida anímica” desarrolló el collage con retazos de un libro. “La intención aquí fue recopilar hechos o ideas que encontramos en la psiquis. Me interesa que el espectador interactúe con la obra. Cada persona construirá lo que le parece o lo que le está diciendo este cuadro”, agrega.

 

Por otro lado, la tercera obra de esta Serie Enigma lleva el título de “Encuentro Almico”. Está hecha en collage, utilizando hojalillos de hojas de carpeta y acrílicos. Hay composición y colores más bien opacos. “Aquí busco más minimalismo”, agregó.


Estas tres obras están en la plataforma de www.corrientesarteco.com Ahí pueden apreciarse que dos tienen tonos más apagados, con predominio del gris, y una obra más luminosa donde el amarillo, el rojo y el azul se expanden. “Además de estudiar arte también estudio psicología. Entonces tengo muy en cuenta la psicología del color, las emociones que me transmiten determinados colores. Otro factor que se suma a la composición tiene relación con mi estado anímico a la hora de crear una obra. Si estoy bajo de energía voy a tirar más hacia los colores grises. En el caso de la obra “Pintura para mi muerte” la pensé durante mucho tiempo, en ese caso la paleta de colores que elegí fue la paleta de colores primarios. Jugué en determinados sectores con el amarillo y el rojo, fui variando en sus escalas. El rojo lo relaciono con el cuerpo, lo material, la sangre. El azul tiene más relación con el espacio y con el movimiento que se genera dentro del espacio. El amarillo es el alma. Este es el punto en común con las otras dos obras, el amarillo está relacionado al alma, al encuentro álmico, creo que me define mucho como artista el alma y lo espiritual. Los colores son partes del cuerpo”, desliza y su voz se queda ahí, como repasando un concepto que viene desde hace tiempo, “los colores son partes del cuerpo”.


Concatenación de la vida

 

Así es el título de una de las obras que en las últimas horas acaba de vender Robin. Al respecto comentó, “el artista va construyendo una obra para sí mismo. Aunque parezca un hecho individual para el artista es importante todo lo que sucede al rededor. Es lindo y satisfactorio ver que la obra genera cosas en otra persona. Es bello que no haya discursos de por medio, aquí es la relación directa de una persona con la obra de arte”. Desde Jacarandá también estaban visiblemente movilizados por lo que genera para el artista una venta de obra en la feria.

 

Galería

 

Espacio de Arte Galería Jacarandá fue inaugurada el 24 de abril de 2009. Toma un fragmento de la casa patrimonial de la artista Teresita González Ocantos en el casco histórico de la ciudad de Goya. Este es puesto en valor como espacio para la exposición y difusión de arte contemporáneo, convirtiéndolo en un lugar abierto al público. Hoy participan de la feria de ArteCon los artistas Faby Quirico, María José Pando, Mariza Hierro, Robin Baena y Teresita Gonzales Ocantos.




viernes, 25 de septiembre de 2020

Mariela Campodónico: “Estamos transitando la vida en permanente aprendizaje”

Cuando el fuelle de su acordeón se abre empieza a trizar emociones, sonríe y las melodías destilan ritmos felices del litoral. Mariela Campodónico es acordeonista, intérprete, ha participado en importantes festivales y acompañado a figuras de renombre. En esta charla desentrañamos su andar musiquero.


Por paulo ferreyra
sapukai.culturas@gmail.com


Se alegra a través de un acordeón que destila melodías profundas. La música del litoral se ensancha en cada intervención, en cada nuevo acorde que hace Mariela Campodónico. Es docente, trabaja haciendo música y vive en Entre Ríos, en el último año estuvo participando en importantes festivales de su provincia. Hace un tiempo nos contactamos para hacer un recorrido de su vida musical desde los inicios hasta el presente.


Mariela tuvo un bisabuelo que era músico, pero ella no alcanzó a conocerlo. Sin embargo su herencia quedó latente en la sangre. A los cuatro años, cuando vio en un circo a una mujer tocando el acordeón, la pasión se reactivó, y esa visión le cambió la vida para siempre. “La imagen la sigo teniendo muy viva en mí, no así la música”, desliza mientras marca el punto de inicio de este amor para toda la vida.

En su Gualeguay natal el maestro de música Tito Martín solo aceptaba niños desde primer grado o con los siete u ocho años cumplidos. Ella tuvo que transitar unos años hasta que finalmente comenzó a estudiar. Primero fue con un teclado hasta que su abuelo le regaló un acordeón.

Ahora siendo mamá los recuerdos de su propia niñez se escurren más lento, hace una pausa y detiene las palabras. “Desde siempre digo que la familia es muy importante. Cuando uno es niño o niña tiene un montón de habilidades y talentos, todos los tienen. Hay a quienes les gusta el deporte, las artes o cualquier disciplina. Cuando se transita esa tierna edad se necesita el apoyo del entorno para desarrollar esas capacidades. Cuando se es más grande puede desarrollar lo que uno quiere o busca, pero cuando sos niño o niña necesita del entorno”, subraya. Así florece un momento en la charla para volver a agradecer a su familia por aquel apoyo inicial.


El profesor de música le ayudó a desarrollar su oído, le daba como tarea tocar temas que a ella le gustaban pero además amplió su paleta musical incitándola a buscar temas y estilos diferentes. Su mayor juego desde que recuerda era hacer la tarea musical con el acordeón en su regazo. Mariela lentamente comenzó a pisar distintos escenarios importantes del ambiente chamamecero, llegó a tocar acompañando a artistas de renombre y expandió su creatividad interpretativa. En este tiempo de asilamiento cuenta que está produciendo, haciendo nuevos temas y arreglos. “No me desespera mostrar. Quizás debería capacitarme o perfeccionarme en ese aspecto, puesto que hoy muchas cosas están en las redes sociales. Sin embargo en los últimos años pasaron cosas importantes por fuera de la pantalla”, desliza.


— Vamos a comenzar por esa pausa o ausencia de las redes que se reactivó recién el último año, ¿hiciste una pausa con la música?

Las pausas que he tenido han sido para afuera, nunca dejé de tocar el acordeón. Tengo una nena de cuatro años, cuando entré en el sexto mes de embarazo tuve que parar, después fui a cesárea y estuve unos meses más sin tocar por cuestiones de salud. En ese tiempo paré de tocar, pero después seguí tocando puertas adentro.

Tengo etapas para meterme adentro para producir, para hacer, además en este contexto justo coincidió también que Martín Correa, quien me acompaña haciendo música tuvo un accidente. Le habían quedado tres dedos prácticamente inmovilizados y no podía tocar la guitarra. Así que todos seguimos con la música de otra forma y puertas adentro.


— Antes de esta pausa compartiste escenarios con varios referentes del género, ¿cómo viviste esa situación?

Gracias a dios he tenido la posibilidad de compartir cosas con muchos músicos, grandes músicos y personas que admiro. A esos espacios compartidos hay que sumar que tuve la oportunidad de estudiar con ellos pero eso no se difunde, no está publicado en ningún lado. Sin embargo esas cosas me fortalecieron e hicieron a mi crecimiento dentro de la música.

Hoy los músicos debemos estar atentos a muchas cosas y eso cuesta un montón. Disfruto el hecho de hacer música, de compartir con los colegas, pero en el medio hay que trabajar en la gestión, difusión o divulgación del trabajo musical. Hay nuevas formas de compartir, gestionar, difundir, donde los músicos debemos acomodarnos. Estas cosas demandan tiempo, conocimiento, plata.

Hace años que venimos trabajando con Martín Correa, hemos grabado juntos participando en otros discos pero no tenemos un material propio. Nos acompaña también Florencio Flores, quien está hace casi cuatro años con nosotros, hemos logrado una sonoridad muy linda como trío.


— ¿Siguen trabajando juntos en este contexto de aislamiento?

Siempre estamos haciendo música. Este tiempo nos sirve para avanzar en el desarrollo del repertorio, los arreglos, la producción. La idea era hacer este año la grabación de un disco, pero estamos trabajando desde la intimidad. Necesitamos el disco y nos los debemos.


— ¿Escucharemos acaso pronto alguna composición propia?

Tenemos algunos temas propios pero a mí personalmente no me terminan de convencer. Crear música es un camino que hago de apoco, empezar a encontrarme, escucharme, descubrir las sonoridades. Me considero intérprete y siento que la composición es un camino maravilloso, decir cosas con tu propia música es realmente genial. Me falta desandar caminos todavía. Tenemos dos temas que venimos trabajando, sumando ideas y aportando cosas. Componer en equipo es hermoso porque todo se enriquece. Somos tres personas distintas que buscan un nivel estético de la música, sabemos hacia dónde queremos ir o cómo queremos que suena. Es interesante y enriquecedor.


— Hace un tiempo participaste del disco “Homenaje a la mujer acordeonista” de la embajada Playadito, ¿cómo fue esa experiencia?

En el año 99, antes de grabarse el primer volumen de la Embajada Playadito nos encontramos con el Stand de la firma en Cosquín. Ahí tocamos y ese mismo año me invitan a formar parte del disco volumen 1. Varios años después, a principios de 2019 nos convocaron para participar de este nuevo disco. Me honran con la invitación y con ser parte de esta propuesta musical.

Nosotros interpretamos dos chamamé, esos temas suenan con el formato actual del trío que estamos tocando ahora, con Martín y Florencio, así que fue una experiencia muy linda y es una antesala de lo que vendrá. Para ese disco grabamos las obras, El rancho solo y El Mingo. Los temas los elegimos entre los tres y tienen un significado especial por lo que venimos haciendo.


— Este último verano participaron de importantes festivales en la provincia de Entre Ríos, ¿cuánto simbolizó eso para ustedes?

Fue algo muy importante estar este año en el Festival de Federal. A los 12 años participé en el Pre Federal. Y este año lo viví con una alegría y una emoción muy grande. Para nosotros significa mucho, como músicos entrerrianos y como chamameceros, por otro lado se juntaron varios recuerdos. El año pasado falleció Mario Alarcón Muñiz, gran periodista, era maestro de ceremonia de ese festival. Era una gran persona y me conocía desde niña. Él me decía, “Marielita vos tenés que estar en este festival”, no llegó a verme pero desde algún lugar sé que estuvo. Cuando subimos al escenario le rendimos un homenaje. Federal fue un sueño cumplido, un reencuentro con los chamameceros y con grandes personas que admiro. Además las cosas que suceden en el festival se dan gracias al chamamé, no lo podemos explicar y generan encuentros muy bellos.


— Repasando tu historia musical fuiste cumpliendo muchos sueños, compartir con grandes artistas y también pisar escenarios de la región, ¿qué sueños te quedan por cumplir?

Me siento una privilegiada de haber podido conocer tantas personas, tantos lugares que fueron posibles acercarme gracias a la música. Estuve con varios maestros que hoy no están pero han sido grandes de nuestra música. Hemos aprendido mucho con varios de ellos y ese es un privilegio. Seguir haciendo música es una forma de devolver todo lo que he recibido. Igual es necesario advertir que uno nunca termina de aprender, se puede ir recorriendo distintos caminos con la música y siempre sabiendo que se está aprendiendo. No somos ni mejores ni peores, estamos transitando esta vida en permanente aprendizaje.

Hoy por hoy la música significa y tiene un valor enorme. Se extraña en este tiempo estar en un escenario aunque sea con diez personas, escuchándonos y compartiendo el espacio de la música. La música pasa por el cuerpo que se hace emoción y eso se transmite. Eso es lo mejor que uno puede dar y lo que a uno le puede pasar, seguir adelante, aprendiendo, recorriendo caminos musicales desde la escucha, la interpretación, la composición. Voy a compartir esta música desde el corazón, ese es el sueño, que esa llama nunca se apague, ese es el motor de todo. Tengo mi familia que me acompaña, disfruto mucho también compartiendo con ellos vaya donde vaya.



Alimento. En el decir de la poeta santafecina Estela Figueroa hay algo que nos alimenta en secreto. Aquí Mariela explicó que desde siempre está ligada a la música, que la familia ocupa un lugar fundamental en su vida y contó aquí que desea que esa llama interior no se apague. El fuego que la alimenta en secreto también nos enciende, emociona y abre el abanico musical del litoral.





Mariela Campodónico /// Bio

Nació en la ciudad de Gualeguay, provincia de Entre Ríos. En la actualidad se presenta en formato de trío con puestas en escena integradas, junto a los guitarristas de la ciudad de Gualeguay: Martín Correa y Florencio Flores. La estética de su repertorio, posee el diálogo interpretativo y contrapuntístico como eje central.
Desarrolla su labor como docente en Nivel Secundario y Superior.
Fue parte de la Delegación de Entre Ríos en Cosquín en 2019 para “Postales de provincia”. Con esta formación se presentó, entre otros, en el escenario Ernesto Montiel de Federal.
Fue Becada por el Fondo Nacional de las Artes para perfeccionarse con el maestro Ildo Patriarca en la provincia de Córdoba en el año 2005. Entabló una relación muy cercana con Raúl Barboza ya que en tres oportunidades fue invitada a tocar con él: en 1999, en Plaza Alvear de la ciudad de Paraná en el Encuentro de Acordeonistas; en 2006 comparten una presentación nuevamente y en 2008 es invitada por Raúl Barboza y el Chango Spasiuk al Teatro 3 de Febrero de la ciudad de Paraná.
Durante el 2006, realizó presentaciones como solista junto a la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos bajo la dirección del maestro Reinaldo Zemba. En 2008 recibió la invitación de Antonio Tarragó Ros para el Espectáculo “Viva el Chamamé” realizado en el Estadio Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires. En los años 2009 y 2010 presentó el espectáculo “Andenes del Viento”, en distintas ciudades de la provincia de Entre Ríos y San Luis junto al guitarrista Martín Correa. Junto a este músico viajó para representar a Argentina en el Encuentro Mundial de Músicas de Acordeón en Valledupar, Colombia.

viernes, 28 de agosto de 2020

“La bioconstrucción es una filosofía de vida”

En un hogar en Mercedes, Corrientes, una pareja y sus hijas conviven en un entorno natural. Su casa es de barro y fue construida con sus propias manos, pies, mente, corazón, todas las pulsiones juntas. Hay otros ejemplos en Colonia Carlos Pellegrini, pero está es la historia de Carla, quien destella desde sus ojos una sola sentencia, “la bioconstrucción es una filosofía de vida”.


Por paulo Ferreyra
sapukai.culturas@gmail.com


Todo empezó en unas vacaciones en Federación, Entre Ríos. Carla había visto una casa que en el techo tenía pasto, eso le llamó la atención. Era un techo vivo, nunca antes había visto algo así. A simple vista parecía una casa normal pero estaba hecha en barro. Era una casa ecológica que se había construido con materiales naturales.
Carla Pértile


“Me gustó y me sedujo esa construcción. Busqué en internet y descubrí que en ciertos lugares del país está instalada la costumbre de la bioconstrucción, no la antigua sino una más mueva. La que se usa ahora conlleva ya una filosofía de vida, implica construir en comunidad, con la familia, con amigos, con vecinos, en una especie de reunión donde se comparten un montón de vivencias además de trabajar en conjunto. Esta forma de trabajar se llama minga”, subraya y a Carla se le adivina una sonrisa detrás del teléfono.




La semilla familiar

Buscando en internet se enteró de que iban hacer una minga en Santa Ana. "Le conté a mi pareja y él estaba escéptico a esa cuestión. A mí me motivaba mucho hacer una casa de barro o de piedra, estaba seducida por la posibilidad de una casa con materiales naturales”, cuenta. Se fueron a Santa Ana en pleno verano y entraron a la casa de barro, fue el primer gran impacto. Hacía mucho calor y la casa estaba fresca, no estaba encendido el aire acondicionado. Eso le llamó mucho la atención. Ahí conoció a Alejandro Arce, quien vive en Colonia Benítez, Chaco. Él estaba construyendo para un amigo una casa completamente de barro. Tenía un balcón con pasto, increíble. "Me quedé alucinada con eso", afirma y las palabras quedan suspendidas en el aire, alucinada con un balcón con pasto vivo.


Temperatura y humedad

Del primer acercamiento y del camino iniciado hace ya un poco más de tres años. Leandro Arce diseñó la casa de la familia de Carla mientras ellos iban buscando materiales, cercando un terreno. Hicieron el armazón con postes de eucaliptos y pino, lo que tiene de convencional su casa es el cimiento. “Nosotros hicimos el cimiento de con hormigón porque es una estructura muy grande, es una casa grande, tiene diez metros por diez metros, dos habitaciones, dos baños y un living comedor grande. Tiene además galería en derredor de la casa. Eso es importante porque cuando llueve mucho los aleros protegen la casa de barro”, explica.

Carla pone de relieve los beneficios de la bioconstrucción al mismo tiempo que compara las otras formas de hacer viviendas. Muchas casas modernas tienen problemas de humedad y de temperatura, si la gente se muere de calor adentro está claro que la construcción no es la adecuada.



Una casa de barro no genera los consumos de energía que otras estructuras porque es cálida en invierno y es fresca en verano. Carla explica que se puede poner aire acondicionado, calefacción, pero eso significa un derroche de energía y consumo que no corresponde. “Aquí la filosofía de la bioconstrucción también se trata de gastar menos, tratar de reutilizar lo máximo que podamos los materiales. Entonces, por ejemplo, las aberturas son recicladas, son rescatadas, compradas en remates”, cuenta.

Además del cimiento, la casa tiene el piso también convencional ya que lo hicieron con cemento alisado. “Íbamos hacer el piso de barro pero nos dimos cuenta de que era mucho laburo. Teníamos tantas ganas de mudarnos que decidimos acelerar los procesos. En el país se dictan talleres para hacer pisos de barro. Nosotros tuvimos la oportunidad de verlo en Chajarí y queda muy lindo”, agrega.


Materiales

“Cielos de los verdes, aguas celestes en las lagunas, lugar donde habitan las tardes mansas de cielos limpios”, esta es parte de una descripción que hace el autor y compositor Ariel Acuña en su canción El sol de los cielos limpios. En Mercedes la naturaleza está ahí, aunque algunos se empeñen en levantar muros fríos de cemento y quemar así el color de la vida.

En la construcción de su casa de barro la familia usó arcilla negra. Esto fue una gran ventaja porque en otros lugares no se cuenta con buena arcilla. En la minga, en la construcción comunitaria que participó Carla en San Ana habían tenido que comprar la arcilla porque en la localidad no había a disposición. Además de arcilla en la mezcla su usó arena, que para en estos casos se puede usar de cualquier tipo; ya sea fina o gruesa. Luego se utilizó fibra, paja de arroz. “La paja nos donaron porque habíamos hecho difusión de lo que estábamos forjando y nos la ofrecieron para la construcción”, cuenta.


Minga

Así como ella junto a su esposo había participado de una minga en San Ana, tras avanzar en la construcción de su casa organizó una minga para levantar las paredes de su propio hogar. “Hicimos un taller acá con Jorge Belanko, reconocido en argentina y latinoamérica, lo conocimos mediante Alejandro Arce quien nos diseñó la casa. Belanko nos había pedido la estructura y el techo, con eso podíamos hacer el taller. En ese taller asistieron 25 personas de todo el país, también había paraguayos y una francesa. En cinco días cerraron la casa, fueron días muy intensos pero muy enriquecedores. Fueron jornadas de una carga energética muy alta y de vivencias muy intensas”, subraya.

“Se entiende por Bioconstrucción como la forma de construir que favorece los procesos evolutivos de todo ser vivo, así como la biodiversidad garantizando el equilibrio y la sustentabilidad de las generaciones futuras. La bioconstrucción aparece hoy como una respuesta concreta ante la crisis energética y la necesidad de mitigar el cambio climático. Se trata de hacer viviendas y edificios que por su diseño y materiales reduzcan al máximo la contaminación ambiental. Se construye con barro, paja, madera y materiales reutilizados. Se implementan diseños bioclimáticos, lo que disminuye el consumo de energía para calefaccionar o refrigerar. Se utiliza tecnología para recuperar agua de lluvia, también para reutilizarla, tratar los residuos y aprovechar la energía del sol. Y, además, es más económico”, así también lo explica Jorge Belanko en ecoportal.
Postal a cielo abierto de la Minga



“No hay dos casas de tierra iguales”

Desde principios de este año Carla habita en su nueva casa. En total la autoconstrucción le llevó dos años de trabajos y sostenerlo llevará toda la vida. Mientras fue avanzando en este tiempo hizo talleres para incentivar y promover la bioconstrucción. “Aquí hay que relajarse y entender que esta no es una casa de revista. El mantenimiento lo hace uno mismo. Los arreglos se hacen fáciles, no demanda mucho trabajo. Además se pone aquí de manifiesto la creatividad. Nosotros, por ejemplo, usamos botellas para agregar luz a la casa y como decoración. El barro es muy noble y uno puede jugar mucho con su imaginación. En las paredes exteriores de mí casa hicimos una flor de mburucuyá”, desliza y la alegría de Carla se dibuja en cada palabra que llega de boca. Por un momento hace una pausa y advierte, “aquí cada uno puedo desarrollar su ingenio. No hay dos casas de tierra iguales”, las palabras quedan suspendidas y juntos volvemos a esas palabras, “no hay dos casas de tierra iguales”.


El bichito de la ecología

“La vida nos tiene una Eterna en quien toda belleza halló figura, latido, respiro”, escribió Macedonio Fernández y por ahí van los latidos verdes de Carla. Junto a su familia sembraron plantas nativas frente a su casa. Escucha diariamente el canto de los pájaros que hiende su nido florecido de amor. “Hay que meter el bichito de la conciencia ambiental. Es bueno conservar, acá estoy llena de pájaros. Me frustré un poco cuando hicimos la Minga porque no asistió casi nadie de aquí, había mucha gente de diferentes puntos del país y sin embargo aquí no le dieron importancia. Es difícil la mentalidad del correntino, es conservador, no quieren innovar. Sin embargo tengo confianza que las nuevas generaciones van a ser distintas”, sostiene y su voz cobra seguridad en que las cosas pueden cambiar.