jueves, 8 de septiembre de 2011

Vida

Cada 8 de septiembre el litoral recuerda un aniversario más de la tragedia de Bella Vista.  Muchos detalles sobre cómo fue el accidente ya se han brindado en distintas circunstancias. Hoy elegí hablar de la vida con Ricardo Tito Gómez, uno de los sobrevivientes de aquél episodio ocurrido en el interior de Corrientes.  Aquí su testimonio.


“El accidente que protagonizamos con parte de la delegación que teníamos que partir rumbo a Niza, Francia, el 8 de septiembre de 1989 me jodió la vida.  Pero me jodió mucho la vida.  Porque ese grupo que se murió ahí, el Grupo Reencuentro era un sueño mío.  Tal vez el sueño más grande de mi vida perdí aquel día en el río Paraná.

Vamos un poco más atrás y recordamos la historia. El conjunto de los de Imaguaré fue una idea de Gringo Sheridan y Julio Cáceres.  Si bien yo estuve participando desde el primer disco del grupo en la faz creativa, con siete canciones con melodías mías. Pero esa idea fue de los dos. Por ese entonces, en esos años yo fui profesional de la música desde los 15 años.  Era un profesional porque me ganaba la vida con eso.  Por ese entonces me ganaba la vida con una banda de rock argentino que se llamaba De Gouls, en Mercedes, en el interior de Corrientes.

Soy nacido en Curuzú Cuatiá y sin embargo todos mis despertares fueron en Mercedes. Despertar al amor, a la música, a los sueños. Desde los 15 años que me presenté a mi público con la música ya no bajé más de los escenarios.

Comencé a inquietarme por el chamame, desde antes de Imaguaré, con el grupo que se llamaba Los Hijos del Paiubre.  Ahí ya empezó a tirarme la raíz de la tierra, ya empezó a tirarme mi chamame.  Cuando graban en 1978 esas siete canciones de las que te hablo, me planteo lo siguiente, porque si ya hay siete obras mías en el mercado nacional tengo que seguir cantando canciones de otros.  Estuve con Imaguaré en la guitarra rítmica y como creador de canciones.  Estuve en el segundo disco, que se llamó el camino del amor, en el tercero que se llamó chamameceros y en el cuarto y último mío cuyo título fue Nuestro canto.

Por problemas internos con el grupo me retiro del mismo en el año 1982.  Tres años más tarde, en ocasión de visitarlo a Gringo Sheridan y a Joaquín Sheridan en su casa en Corrientes.  Ellos me comentan que tenían ganas de dejar la música porque tenían problemas internos en el conjunto de Los de Imaguaré.

“El gringo era un ser tan lleno de luz como intérprete” – entonces le dije, -no hermano, esto no lo voy a permitir.  Desde el momento en que vos abriste tu instrumento, tu bandoneón o tu acordeón para tu pueblo vos ya no te perteneces, vos sos de la gente.  Entonces le dije, vos tenés mi apoyo para lo que sea, pero si queres hacer un grupo nuevo conmigo yo estoy a tu lado.

No pasaron 24 horas de esto y él apareció donde yo estaba parando en Corrientes con su mujer, Miriam que vive todavía para contarlo, y me dijo – “mira tito yo estuve pensando y vamos armar el grupo del que me hablaste”.  Ese sí fue un sueño mío.  Tal vez el sueño más grande que tuve en mi vida.  Porque nucleaba y reunía a dos personas que interpretaban mi obra como nadie, tanto Joaquín "Gringo" Sheridan  y Miguel Ángel Sheridan fueron los intérpretes que han traducido más fielmente mi obra en lo que tengo de músico.

Te aseguro que nosotros los creadores sin los intérpretes no tendríamos razón de ser, no existiríamos.  Perderlos a ellos en ese accidente del que sobreviví fue un dolor muy grande.  Me jodió la vida.  Me jodió mucho la vida.  Me hizo mierda”.

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