Este jueves 13 de noviembre la poeta Claudia Masín vuelve a leer poemas a la ciudad de Resistencia. Será parte del ciclo Buenas lecturas – ciclo de lecturas de autor en el Auditorio Fernando Operé de la Fundación Mempo Giardinelli. La cita es a las 20.30 con entrada libre y gratuita. “Voy a leer poemas de mis nuevos libros, Antifascista y El animal más hermoso del mudo”, adelantó en esta entrevista.
Por Paulo Ferreyra
“La verdad es que hace bastante tiempo que no estoy leyendo
en Resistencia”, así comentó Claudia Masín esta entrevista. Si bien viaja
periódicamente a la ciudad, pero ahora para ella es un placer poder volver a
leer. En esta ocasión estará en el Ciclo Buenas Lecturas en la Fundación Mempo
Giardinelli. “Esta fue una invitación de Natalia Porta López, a quien agradezco
esta oportunidad”, agregó.
— Antes de comenzar
hablar de tus lecturas quería preguntar ¿cómo es ser poeta en estos tiempos en
Argentina?
— La poesía, a diferencia de tantas otras cosas, en estos tiempos
florece. Es como si hubiera una necesidad social de acercamiento a otro tipo de
discursos, ¿no? El discurso predominante en esta época es el discurso de la
crueldad y de la violencia. Tanto a nivel local como en buena parte del mundo.
La poesía frente a eso es una suerte de antídoto. La poesía nos ofrece una
mirada más amorosa, más atenta, una mirada de reconocimiento hacia el otro.
Creo que escribir y leer poesía en estos
tiempos es una suerte de antídoto ante todo lo que nos sucede como
sociedad.
Sabemos que la poesía es minoritaria en un sentido. Mi deseo y para lo que trabajo todos los días en estos tiempos es para que la poesía llegue a quienes no están cerca de la poesía. Me interesa que se formen nuevos lectores.
— Hablas de que la
poesía va en el sentido inverso a la crueldad, ¿el libro Antifascista lo acentúa?
— Exactamente. La decisión de nombrar de esa manera al libro
tiene que ver con la época que estamos viviendo. Es también la necesidad de
poner sobre la mesa determinadas palabras que quizás son un poco tabú. Me
interesa aquí nombrar determinados modos de gobernar.
He tomado una posición. Decidí tomar esa posición y quiero
hablar con claridad. El libro se abre con una suerte de manifiesto en tono
político. Luego están los poemas que desde su naturaleza tienen su modo de
decir. Los poemas trabajan deshaciendo lo que los discursos y los actores
crueles están creando.
Me parece que si algo tiene la poesía es su vitalidad. Aun cuando la poesía habla de cosas terribles lo hace desde un lugar vital. No se regodea en las miserias, en lo cruel y en lo violento, sino que de alguna manera propone otra cosa aunque no lo diga literalmente.
— ¿Cómo se formó el
cuerpo de este poemario? Porque si miramos atrás con el gobierno de Macri hubo
algunas medidas parecidas a este gobierno. Aunque hoy todo se ha vuelto más cruel.
— Te cuento, hay un poema que está en ambos libros, en Antifascista y en El animal más hermoso del mundo. Es un poema que está basado en una
película que se titula El huevo de la
serpiente, de Ingmar Bergman. En ella se remite al germen del nazismo. Ese
es un poema que escribí entre el 2016 o 2017. En ese tiempo observaba y sentía
la presencia de esto siniestro que todavía estaba en german. En aquel momento creíamos
que era lo máximo a lo que podía llegar este modo de concebir la política. En
el presente nos damos cuenta que aquello no era en absoluto lo máxima crueldad
que se podía concebir. Que como vos
decís, hoy se recrudeció. Ahora es necesario e imprescindible que cada cual
desde su lugar, aunque sea algo pequeño pero desde su lugar vaya en una
dirección opuesta a la crueldad.
Para mí decir antifascista es como decir antimuerte. Cuando
hay violencia no hay libertad. Cuando se quitan más derechos y más libertades
no hay espacios para que florezcan las ideas, al contrario, las ideas son pisoteadas.
Pero volviendo al cuerpo del libro hay algunos poemas que
tienen algunos años y hay ocho poemas que ya fueron editados en otros libros.
Con los editores habíamos pensado en hacer una antología antifascista - tomando
textos de toda mi obra - pero cambiamos y decidimos publicar textos actuales,
desde el 2015 hasta este último año. Hay muchos poemas inéditos.
Hacía tiempo venía pensando en publicar un libro de poemas
políticos. En estos momentos más que un deseo es una urgencia.
— Este jueves en el
ciclo de lectura también vas a leer poemas del libro El animal más lindo del mundo. Es una trilogía y he visto el libro
es un objeto casi de colección.
— Los libros que acabo de editar este año son de editoriales
cordobesas. Hace seis años que vivo en Córdoba. Es un poco paradójico que en
una provincia donde la mayoría de su población apoyan estas ideas de las que
hablamos salga el libro Antifascista,
en editorial Bardos.
El animal más lindo
del mundo fue editado por Portaculturas, es como decís una trilogía y ellos
tienen un cuidado infinito con la estética y la belleza del objetivo libro.
Esto es muy bueno. Aparecen aquí tres libros, dos de ellos son reediciones y el
último de la trilogía se titula La
reparación. Estos textos conversan con la época.
El título es esta trilogía es de un poema del libro La mujer maravilla y yo. Es un juego -
un poco con lo que vos mencionabas - sabía que se iba a tratar de un libro
objeto hermoso desde lo estético. A su
vez la poesía es en sí misma El animal más hermoso del mundo. En este caso
la poesía está embellecida por la forma en la que es presentada. Pienso que uno
va llevando siempre cositas de un libro a otro o de un poema incluso a otro, es
inevitable porque están ahí las cosas que nos desvelan o las cosas que nos
impulsan a levantarnos todos los días.
— Dada tu producción
de los últimos años da la sensación de que vivís en estado de escritura, ¿es
así o cómo es?
— No. Hace poco charlaba en relación a otro libro que se
titula Curar y ser curado. Me había
invitado un colegio psicoanalista. Ese libro me ha llevado nuevamente a un
público de psicoanalistas que me encanta por lo que te decía antes, porque me
encanta que la poesía llegue a lugares donde quizás no llegaría.
En la charla con los psicoanalistas surgió esto que me
preguntas porque en el libro algo de eso se habla. Pero mi respuesta fue y es
que es imposible vivir en estado de poesía. Tanto de escritura como el estado
de atención. Siento que sería imposible. Se puede vivir en estado de recepción.
Soy una persona muy curiosa y con muchos intereses e
intereses muy variados. La poesía, la lectura y la escritura son el eje que estabiliza
mi vida pero no es una profesión o un oficio, no pasa por sentarme a escribir
todos los días. Por otro lado en mi experiencia la poesía rechaza esa intención
de escribir mucho y todos los días. La poesía no está ligada a lo productivo. La poesía está ligada a lo creativo y lo
creativo es muy caprichoso.
Si puedo decir que es posible estar en estado de
receptividad. En mi caso escribo mucho en poco tiempo. Después puedo estar sin
escribir durante un largo período. Me ha pasado.
Sensibilidad
Fragmento de un poema
de Claudia Masin
…La felicidad plena es
una felicidad física
y debería ocurrir solo
una vez,
antes de que
conozcamos las palabras. Su regreso es siempre
un momento de gracia
que restaura el amor con el que la materialidad del mundo
nos conmovió una vez.
Si pudiéramos trazar una línea imaginaria con los textos de
la poeta Claudia Masín una de esas líneas es la sensibilidad. Es un ser poeta
sensible. También está el amor en sus diferentes formas. Ella dice que todos tenemos la posibilidad de ser sensibles.
“En mi caso personal lo que me abrió los canales de la
sensibilidad y me abrió la cabeza fue el hecho de haber empezado a leer desde
muy chica”, comentó. “Esto mismo para otras personas puede ser empezar a
escuchar música, ver película, tocar música o tener contacto con el arte de
alguna manera”.
“A mí me parece que el arte ayuda a sensibilizar”, subrayó.
Además, sostiene que a través del arte no nos ponemos en el lugar del otro pero
el arte sí ayuda a intentar acercarnos al otro. “Nos ayuda a intentar entender
lo que le pasa a otro. En ese sentido el cine por ejemplo es maravilloso, nos
permite conocer historias de personas que no tienen absolutamente nada que ver
con la propia vida y nos hace empatizar con su historia. Eso me parece que
hace la sensibilidad, hacer que reconozcamos al otro como un igual aun en su diferencia”.
Al cerrar esta charla, Claudia Masin destacó que el arte y el hecho de encontrarnos nos hace sensibles. No es casual que esta sea una época en que los espacios de encuentro entre las personas también estén reducidos. La gente está cada vez más aislada, donde las redes ocupan el lugar que antes ocupaban las reuniones de amigos. Hay una atomización que favorece esta cuestión de la individualidad. El arte y el encuentro, “el arte y encontrarnos nos hace seres sensibles”, concluyó.













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