miércoles, 20 de noviembre de 2013

“En un festival de música lo más importante debe ser la música”

Rudi y Nini Flores recorrieron por estos meses las provincias de Chaco y Corrientes en el marco del Festival “Guitarras del Mundo”. Estuvieron brindando un repertorio amplio con temas propios y clásicos del género chamamecero. “He notado que el ambiente de este Festival es muy bueno". Nini Flores habla en esta charla preciosa que se extendió por más de una hora sobre sus razones de volver a vivir en Corrientes, de los circuitos chamamecero en la ciudad, de sus recuerdos de Francia, entre otros temas. La entrevista tuvo lugar unos días antes de su arribo a General San Martín, Chaco. 

Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar



Por estos días donde el calor y el fresco se enlazan en un idea y vuelta interminable, nos juntamos una tarde con el acordeonista y bandoneonista Nini Flores. Una charla preciosa que se extendió por más de una hora donde hablamos de sus razones de volver a vivir en Corrientes, de los circuitos chamamecero en la ciudad, de sus recuerdos de Francia. Además explica desde su óptica si junto a Rudy Flores marcaron o no un estilo dentro del chamame.

En el bar había algunas mesas con cerveza, otras con mate, otras con café, así que mientras charlábamos con Nini Flores dijimos “algo vamos a tomar”. “El circuito de la música comercial está muy bien organizado. El estado no sale a contrarrestar o a crear circuitos nuevos de música. Hablo de la Argentina en general, no sólo de Corrientes. Pues a la música no comercial le cuesta encontrar sus espacios”, dispara Nini.

La jugada se abrió con un interrogante sobre la ausencia de algunos músicos en la ciudad de Corrientes para mostrar su música. Hace mucho tiempo que Rudi y Nini Flores, Paquito Aranda, Coquimarola, Bruno Mendoza, Verón Palacios, entre tantos otros no muestra su arte en la ciudad de Corrientes. “Lo que llama la atención aquí es que desde cultura debería abrirse la jugada y lograr un equilibro sobre la música que se difunde en esta ciudad. En Francia por ejemplo, nosotros hemos tocado mucho en centros culturales que dependen del estado y ellos tienen su presupuesto anual. Ellos nos decían que no repetían los artistas para dar oportunidad a todos. Los amigos están para compartir otras cosas, la vida y la familia, pero en la administración de los gastos del estado la amistad debería quedar en segundo plano”.

Nini Flores hace más de un año que ha vuelto a vivir en Corrientes. Sabía cuál era la realidad pero aceptó el desafío. “Aquí es un poco más difícil porque ya hay un circuito armado de artistas que tocan siempre y nosotros como tantos otros tenemos que esperar. El circuito es reducido pero yo quise volver así que sabía un poco cómo era esta realidad. Cuando recién volví estaba muy seguro de quedarme y ahora me estoy replanteando esta situación” manifiesta y suelta un sonrisa.

El grabador está prendido y guarda la pausa. Nini afirma sus palabras con una mirada a su entrevistador, “es sorprendente como algo tan simple como abrir el abanico de músicos que puedan tocar en la ciudad no se esté haciendo. Tenemos muchísimos músicos en Corrientes. Hay buenos talentos, hay acordeonistas, cantores, bandoneonistas, jóvenes con gran talento. Hay que apoyar a esa gente”.

Nini Flores junto a Gabriel Cocomarola habían abierto el bar “El Canderón”, único bar donde podía escucharse exclusivamente chamame. “Aquí en Corrientes tendría que existir la casa del chamamé. Esta debería estar bancada por el gobierno provincial o alguna empresa privada. Cuando viene gente de afuera y quiere escuchar chamamé no encuentra un lugar. Nosotros teníamos con Gabriel “El Calderón”, no era fácil mantener esa estructura pues entramos en un robro que no conocíamos. Mantener el bar no era fácil. No tuvimos ayuda de nadie. Era el único lugar dedicado exclusivamente del chamamé. Después terminamos vendiéndolo”, sentencia con un dejo de nostalgia.



“Sutileza del chamame”

En la sociedad y desde el estado todo está apuntado a la Fiesta Nacional del Chamame. “Ese es un festival muy grande donde cada año viene más gente – manifiesta Nini – en este Festival desde el organismo cultural debería fomentar la raíz cultural. A veces confunden con la propuesta que hacen. En el festival se ha perdido la sutileza que tiene nuestra música. Se ha ganado en otros terrenos como las luces y las pantallas pero perdimos en otros terrenos”.


El músico apunta que la programación del festival debería ser más equilibrada. “Ellos dicen que hay que abrir el chamamé, pero ellos abren en una sola dirección y traen músicos de otros géneros. Algunos músicos son más marquetineros y no sé si aportan a la música. Vamos a suponer que eso esté bien, pero hay que tener más espacios para los músicos que traen otras propuestas más genuinas para el género”.

“En el Festival siempre hay poco tiempo para desarrollar una propuesta musical. A mí el año pasado dos meses antes me piden el repertorio. Yo tenía que comunicarme con Rudy y bueno eso llevó tiempo. Después le pase el repertorio. Cuando vamos a subir a tocar me dice que tengo menos tiempo del pautado. Entonces le manifiesto que no hay problema pero para eso me pidieron dos meses antes el repertorio y me dieron el tiempo que tenía sobre el escenario”.


Nini Flores hace una pausa y bebe un sorbo de café. “En algunas oportunidades hablando con Luís Salinas – continúa - quien estuvo en una oportunidad en la Fiesta del Chamame compartimos que en un Festival necesitas uno o dos temas para acomodarte. A veces te esas acomodando bien y ya tenés que bajarte del escenario. Hay veces que los dos primeros temas no se escuchan bien. En una fiesta de la música lo más importante es el sonido, eso debe estar garantizado”.


Como músico Nini subraya una y otra vez que lo más importante en el Festival debe ser la música por encima de todo. “El festival esta tomando mucha trascendencia. Pero lo más importante de todo es la música. Hace unos meses atrás estuvo en Corrientes Carreras, había 12 o 15 mil personas en silencio escuchando. Todo el público en absoluto silencio. A mi me devolvió la esperanza de que se puede hacer otra cosa. No se da o no se crea ese espacio para escuchar porque la música también es para ser escuchada”, resalta.




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