domingo, 18 de mayo de 2014

Gurisada entre verdulera

La Escuela Municipal de Oberá recibe a una treintena de chicos que aprenden a tocar el acordeón a dos hileras de la mano de Valentín Zabala. Luis Wasziuk (9), se destaca entre sus compañeros pero no puede comprar el instrumento.


Por Luciano Ferreyra
Obera – Misiones


Niños en medio de acordeones y verduleras, dejan la comodidad de la televisión, la Playstation e internet para aprender a vivir una experiencia mucho más intensa y maravillosa. La gurisada busca construir, a base de mucho esfuerzo y dedicación, una relación con ese instrumento que popularizó Antonio Tarragó Ros.



El punto de encuentro para los chicos fanáticos y simpatizantes de la verdulera es la Escuela Municipal de Oberá. El profesor a cargo de una matrícula de 30 niños de entre 4 y 14 años es un discípulo del maestro Ricardo Vuori.

Valentín Zabala fue alumno de Vuori y hoy transmite todo lo que aprendió sin mezquindad. Dirige a esta treintena de niños y destaca en ellos el interés por dedicar su tiempo a ejecutar el instrumento diatónico de dos hileras.

La enseñanza que dejó plasmada Ricardo Vuori a sus alumnos es que en todo lo que hagan siempre tengan presente la humildad, característica que mantienen sus alumnos. “Tratamos de enseñar a los alumnos lo que nos enseñó el maestro (por Vuori), querer a nuestra música regional”, expresó con la humildad que lo caracteriza.


Los alumnos que pasan por la escuela municipal, de lunes a viernes en el turno tarde, son de diferentes clases sociales y muchos de ellos encuentran su lugar a través de la música. “Es algo muy lindo de desarrollar algo nuestro, lo que es nuestra cultura”, dice el músico seguro de que algunos de sus alumnos será buena semilla.



El aprendiz más pequeño tiene 4 años, luego son de 7 años hasta adolescentes que demuestran en sus manos poder manejar el instrumento diatónico de 21 teclas y 8 bajos. Actualmente trabajan en varios ritmos como el chotis, balseado, balerón, corrido, chamamé, polquitas rurales.

“Los padres miran la tele y le invitan a los niños, quienes ven que estamos con mi hermano (Cristian Zabala), en Canal 12, la mayoría empezó así y todas las tardes se preparan para venir a aprender”, señaló el profesor.
Hay tres alumnos, que según él, son “bastantes buenos” ejecutando la verdulera, Luis (9), Jerónimo (8) y Gerardo (8). Sin embargo, se destaca por la edad un pequeño de tan solo 4 años, que desde el comienzo no dudó en agarrar el instrumento.


El maestro Ricardo Vuori


El maestro Ricardo Vuori, nació en Helsinki, Finlandia, en 1936. Su familia cruzó el Atlántico para iniciar una nueva vida en la zona Centro de Misiones, primero en Colonia Finlandesa y más tarde en Oberá. Fue autor de más de 200 obras, entre ellas “Alto Uruguay”, “Bien misionero”, “Tuichá”, “Florecen los yerbales”, “Guainita de mi cantar”, “El indio blanco” y “Acaraguá”, entre otros. En el 2006, fue distinguido con Medalla de Oro por el Gobierno finlandés en el marco de las celebraciones por el centenario de la llegada de los primeros inmigrantes de aquel país a la Argentina.


Ricardo Vuori fue el maestro de Joaquín Benítez. Juan Núñez también aprendió con él a tocar el bandoneón. Fue uno de los principales difusores del aprendizaje de la Verdulera, el acordeón que es muy utilizado en la región. Se inició en la ejecución del bandoneón en forma intuitiva y a los 17 años ya tocaba en bailes de la región. Integró orquestas de distintos géneros, como la Orquesta Típica Regional y compartió escenarios con Ricardo Ojeda, Julio Lorman y Chaloy Jara, entre otros.

En 1974 grabó su primer disco, “En mi recuerdo estás”. En 1993 impulsó en Oberá el “Festival de la Verdulera”, que lleva su nombre. Vuori se casó con Ida Bárbaro y tuvo cinco hijos. Falleció el 12 de abril 2006, víctima de una prolongada dolencia.


Con talento pero sin instrumento

Luis Wasziuk (9), hace no más de tres meses que empezó a estudiar con el profesor Valentín Zabala. Luis es uno de los tantos niños que tiene capacidad, pero por las condiciones humildes de su familia no posee el instrumento. Respecto a ello, Zabala expresó su deseo de que algún empresario pueda ayudar al niño para que tenga el instrumento. “En estos pocos meses Luis demostró mucha capacidad para ejecutar la verdulera, acá le presto mi acordeón, pero necesita uno propio, habría que ver si algún empresario se animaría a ayudar para que este niño siga con la música”, dijo el profesor.




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