martes, 25 de agosto de 2015

“Trato de ser un puente y transferir cosas”

“Soy un incorregible bohemio que no se olvida de lo bueno del pasado. No soy ni periodista ni es escritor”, así se define Adalberto Balduino quien presentará el próximo jueves 27 de agosto su libro “Justo en el Medio”. Este libro es una recopilación de algunos de sus artículos publicados desde hace dos años y medio en el diario El Litoral de Corrientes. La presentación será a las 19.30 en el Salón Azul de extensión universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste, además estará acompañado por Eduardo Ledesma, jefe de redacción del diario El Litoral, el artista plástico Eugenio Led y la presencia de los bandoneonistas Pablo Delvalle y Oscar Mambrín. A modo de adelanto hablamos con Adalberto y compartimos con los lectores un fragmento de uno de los artículos que conforman el libro.

Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


“Justo en el Medio” es una recopilación de parte de los artículos que he publicado en dos años y medio en el Diario El Litoral. Me gusta mucho la recordación, me gusta tomar lo bueno del tiempo pasado, quizás la moraleja del libro es una acicate para construir criterio propio y algo básico como sentido común”, así comienza la charla con Adalberto Balduino. En este diálogo florece el tango, la radio, la televisión, los medios gráficos, su biblioteca, la música popular, un abanico sin fin de las investigaciones y de las cuestiones que reflexiona Adalberto antes de escribir cada artículo para el diario.


“A lo largo de los años uno va sumando anécdotas que puede enriquecer o esclarecer el presente. Este título de “Justo en el Medio” puede parecer pero no es una crítica a los medios, no soy crítico de los medios, soy crítico de la bazofia del contenido de los medios. Soy crítico del contenido de los medios de difusión porque eso es lo que más me importa. Por ejemplo, Les Luthiers te podía hacer reír desde que entras hasta que salís sin ser soeces”, resalta Adalberto Balduino.

Adalberto Balduino ha recibido premios y distinciones por su labor en radio, en su biblioteca personal abundan los libros sobre radio, televisión y medios gráficos. Los artículos de este libro tienen un poco de este condimento, su mirada sobre los contenidos y su pasión por la música popular. Estamos en un bar, Adalberto revuelve su café y no guarda sus palabras, las deja correr como un torrente y vuelve sobre sus conceptos. “Estoy convencido de que los que estamos en los medios somos docentes – afirma – entonces tenemos que formarnos en consecuencia para ser respetuosos con nuestros oyentes o lectores. A la hora de escribir no soy Ernesto Sábado, pero trato y busco ser un puente y transferir cosas”.

En los pequeños silencios, removidos por la música de fondo y por un imprevisto personaje que se sumó a la charla le pregunto cuánto significa para él la música. Eleva sus cejas y brillan sus ojos tras sus gafas para responder con signos de admiración imaginarios, “la música es todo. Procedo de una familia italiana donde me crie con música y revistas que hablaban de cine. Vos sabes – expresa y marca una pausa para abrir las puertas de otra anécdota – vos sabes que me llamo Adalberto por Adalberto Campos, un gran locutor de la década del 40. Así como la música es todo la radio también es todo, la radio me dio muchas satisfacciones y tengo muchas anécdotas de radio con distintas personalidades de nuestra cultura popular”.


En la presentación del libro el próximo jueves 27 de agosto estarán junto a Adalberto además de Eduardo Ledesma y Eugenio Led, lo acompañarán dos grandes bandoneonista como Pablo Delvalle y Oscar Mambrín, “vamos hacer con ellos el poema Tango de Borges, el bandoneón tiene una voz humana que emerge dolor por todos lados, el tango es doloroso y me gusta la poesía que se respira tras ese fuelle. La presencia de Pablo y Oscar no significa otra cosa que dos grandes amigos que me quieren mucho y a los cuales les estoy profundamente agradecido”, resaltó Adalberto.

“Soy un incorregible bohemio que no se olvida de lo bueno del pasado, no soy periodismo ni escritor. Siempre trato de contar el anécdota, busco un resolución y un epílogo esclarecedor, algo que abone un mundo mejor”, subraya. Adalberto continúa con su programa “Con todo Respeto” todos los domingos de 18 a 20hs y de lunes a viernes el programa “no me dejes dormir” a media noche, todo por LT7, Radio Provincia de Corrientes. Además todos los martes aparece su artículo en el Diario El Litoral.



“Al mundo le falta un tornillo” Enrique Cadícamo. 1933
Publicado el martes 28 de enero de 2014 en el Diario El Litoral, ahora incluido en el libro “Justo en el Medio”.
Fragmento.

Veo con pavor como la mediocridad en todo se fue ganando a la sociedad en su conjunto. Hasta en las altas esferas se la toma como una virtud de moda. Basta con solo asistir a la ignorancia colectiva que la falta de información, por gimnasia de comodidad, se fue tomando todo lo que encuentra a su paso. Programas de televisión donde se cultiva, el hábito hoy común, que como toda referencia personal, sean tomadas las intimidades como claro ejemplo de no sé qué. Asombra, diría, espanta, personas cultivadas en esta sociedad de principio de siglo, que hablen ante que otros temas de idioteces, datos nimios, cuyos detalles obtenidos sean abrevados y estimulados por los medios, en una discusión oral de bajísimo nivel, donde la convivencia de alcoba queda al descubierto como si fuera una virtud a seguir.

Es el caso o la filosofía degradante que transfiere el autor británico, George Orwell en su obra "1984", en que se exponen las técnicas modernas de vigilancia del otro, llevadas adelante magnificadas por el ojo gigante de la cámara, en la aberración televisiva del concepto agravado por "Gran Hermano".

Siempre es defendido este ciclo aborrecible, con la misma excusa, "si es éxito en todo el mundo, es viable". No siempre todo lo que adopta el mundo entero es lo correcto. Este desvío cultural no solo se da en la producción televisiva, sino que también en el desmedro producido en otros en cuanto a baja calidad rayanas en la ignorancia misma, que agrede nuestra cultura que supo hacer alarde en gráfica, en radio, en televisión, en literatura, en los usos y costumbres de un pueblo ávido por consumir algo propio que nos distinguieron como país del sur en el enclave latinoamericano.

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