domingo, 7 de agosto de 2016

Un sol musical en trenza de tres

La Casa de las Culturas vivió una noche emotiva y cálida de la mano del trío Dos Más Uno integrado por Marcelo Dellamea, Hugo Dellamea y Ariel Sánchez. “Gracias por acompañarnos esta noche. Gracias. Junto a Hugo hemos crecido en esta ciudad y es un gran placer volver a traer nuestra música a Resistencia”, deslizó en la apertura de la velada Marcelo Dellamea. La noche se vistió de composiciones propias como “la oscurecida”, “la Patagonia”, “la carpera”, y después clásicos de Fito Ledezma, Velasco Díaz, Fernando Cabrera, Jorge Fandermole, Cocomarola, entre otros. Dos más uno es mucho más que esa ecuación simple, dos más uno es la resolución compartida con autoridad en un trío potente y magnífico.

Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar

Foto Erica Ferrer

En el ambiente hay soles, es de noche pero las sonrisas son soles encendidos antes del amanecer. Hay soles de colores. El retraso en la apertura de la sala se hizo más ameno gracias a una degustación de vinos en el hall de la Casa de Las Culturas. La gente comenzó a forma una larga fila y recién pasada las 21.30 hora se habilitó la sala. El público ingresó con grandes expectativas. A las 22 la sala estaba casi colmada, los músicos ingresan al escenario con sus instrumentos y la magia se abrió como el río yendo al mar.

Marcelo Dellamea

“Qué les podemos decir en esta apertura. Estamos felices de tocar aquí en este auditorio y en esta hermosa ciudad. Aquí aprendimos a querer a la ciudad, aprendimos a querer a muchos colegas músicos y a mucha gente. El hecho de que hoy nos acompañen es un gran regalo para nosotros. Vamos repasar temas de nuestro primer disco “dos más uno” y además vamos adelantar lo que será nuestro próximo disco”, resaltó Marcelo Dellamea y la música hecho a rodar.

Hugo Dellamea


El escenario se teñía de colores led en rosas, azules, blanco, rojo o rojo fuego, verde, entre otros. El sonido fue impecable. El humo destilaba una fragancia fuerte, los músicos se buscaban entre ellos con la mirada, con los gestos, con la música. El silencio acompañaba a los músicos. Los aplausos estallaban en diferentes momentos, al final del tema o en medio de algún acorde.

Luego fue el turno de Hugo Dellamea quien también manifestó su alegría de compartir esta noche tan especial. “Hemos tocado recién “la oscurecida”, una composición que nos pertenece. Es hermosa. Bueno, no sé si es hermosa pero sí sé que me gusta mucho”, afirmó y despertó las primeras sonrisas del público.

Ariel Sánchez

“Una palabra no dice nada/ y al mismo tiempo lo esconde todo/ igual que el viento/ que esconde el agua/ como las flores que esconden lodo/”, comenzó a cantar a capela Marcelo Dellamea y el silencio había ahogado hasta los suspiros de los espectadores. Esta canción es “una palabra” de Carlos Valera, marcó entre otras canciones la impronta Latinoamérica del trío.

El invitado especial de la noche fue Julio Ramírez, los aplausos estallaron y se repitió como un juguete mecánico el bravo, bravo, bravo. “El invitado es un gran músico, un gran músico y un gran talento. El invitado tiene que ver con el chamame porque es una música que sentimos muy adentro y la llevamos a donde vamos con la música”, resaltó Marcelo Dellamea antes de que suba al escenario Julio Ramírez.

Sobre el filo de la media noche los aplausos se multiplicaron y los sapukái se extendían por la platea del auditorio de la Casa de las Culturas. Algunos balbuceos de niños le ponían un candor especial a la noche. Entre Marcelo y Hugo dieron una lista interminable de agradecimientos a quienes hicieron posible esta presentación. El virtuosismo de estos músicos estuvo regado en todo el concierto, sin embargo lograron su clima, despertaron emociones y sentimientos ahí donde fueron simples, llanos, despojados o vestidos “de las simples cosas”.

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