sábado, 23 de diciembre de 2017

“Abraços e beijinhos e carinhos sem ter fim”

En el colorido, discreto y acogedor bar de Nanas Suena bien el viernes  anteúltimo del año el grupo Brasileando. La propuesta incluyó clásicos del Brasil con arreglos y sutilezas muy logradas. Colmado de público "la noche tuvo su frescura de sol y arena en plena noche resistenciana.


por paulo ferreyra
sapukai.culturas@gmail.com

"¿Tenés sacapuntas?", pregunta una nena mientras deja su dibujo a medio hacer. En Nanas Suena Bien tanto chicos como grandes pasan el tiempo escuchando música y también – a veces – dibujando. En cada mesa hay un portalápices con colores y hojas para marcar.
  • Mi nombres es Mariela, cualquier cosa que necesites me avisás.
Desliza una moza joven, dueña de una simpatía singular y bella.

Cerca de las 23 se apagan las luces, de repente ya están los músicos en el escenario y todo comienza a llenarse de ritmo y color.  “Se ruega hacer silencio para disfrutar del espectáculo”, anuncia una voz antes de los primeros acordes.  

Autores como Tom Jobim, Chico Buarque, Caetano Veloso, Vinicius de Moaraes, entre otros brillarán en la noche.  Brasileando tuvo su gran año con una fuerte presencia en Nanas, el grupo está conformado por Alejandro Fernández y Bruno González en percusión, Sebastián Llano en guitarra, Alejandro Ruiz en bajo, Sabrina Taborda en voz y en esta ocasión estuvo de invitada Paloma Ortiz quien también regó de frescura la velada.

El lugar está colmado, por momentos hay casi silencio absoluto y sobrevuela a veces entre tema y tema. El aire se corta con nuevos acordes y mientras comienza una nueva canción los músicos cuentan sobre autores y títulos de las obras. De a ratos Sabrina hecha una sonrisa al público mientras su mirada recorre cada rincón.

  • Basta de tristeza
Desliza por un momento y sin embargo arremete con el tema Chega de Saudade y entre el público corean el estribillo. En el repertorio hay una selección muy cuidada, arreglos, sutilezas, tintes de un nivel musical muy alto. El sonido de la flauta ejecutada por Taborda le pone un cuadro dorado al encantamiento musical.

Ya pasada la media noche "la música sigue siendo una fiesta" por algunos se mecen desde sus asientos y más de uno ya quiere ponerse a bailar. En se sentimiento de saudade que se emparenta con la tristeza pero busca la felicidad sin ataduras, por decirlo más con nuestras palabras del litoral, es difícil hallarse en la tristeza.

El final encuentra a la nena observando su dibujo terminado. En otra mesa una leyenda de colores reza “Dentro dos meus braços/ os abraços/ Hão de ser milhões de abraços”. 

Los cuerpos están encendidos. “Vinicius de Moraes y Baden Powell" llega para cerrar una noche pletórica de encanto y ensueño. Los aplausos estremecidos acarician al grupo Brasileando.

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