"Navegamos sin más pretensiones que ver los ríos libres"

Jorge Mazzochi, Sebastián Arena y Hernán Gigena partieron días atrás en kayak desde El Pintado a Buenos Aires.

“La hoja es el equivalente a la vida”

Entrevista con Franco Rivero

martes, 14 de agosto de 2018

Julieta: “Cambiar me permite construirme”

Disculpe las molestas es el título del poemario de Julieta Ramos. “Uno de los poemas del libro contiene esa idea, el cambio es lo único permanente en la vida y me permite construirme, así que me estoy construyendo, disculpen las molestias. Estoy cambiando. Me estoy construyendo”, explica. En la presentación estuvieron leyendo poemas Tony Zalazar y Alicia Marina Rossi. Además, Marian Stori, de Mono Carayá proyectó audiovisuales que coqueteaban con imágenes del libro. El cierre musical fue con Henry Gómez, junto Richard González y Gustavo Peloso.



Por Paulo Ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


En un momento la música se apaga. Desde muy temprano una gran pared blanca revelaba imágenes que jugaban entre la portada del libro y distintas fusiones de ambiente natural. Mientras afuera ya ganó la noche con su manto oscuro, aquí algunos siguen tomando mate al tiempo que otros ya destapan un vino o una cerveza. Hay en el aire sonrisas encendidas, Julieta ríe fuerte, vivas, feliz. El salón del primer piso de El Mariscal tiene paredes grises, en algún tiempo fueron blancas, las luces se apaga en los rincones mientras las miradas de los presentes se cruzan y se encienden.



En tanto aguardamos la presentación el tiempo corre, algunos parecen abstraídos con sus celulares y otros se prenden en charlas entusiastas. En el ambiente todo está preparado para la presentación del libro: micrófono, libros distribuidos prolijamente en una mesa, tres vasos y tres botellas de agua que aún traspiran. Sin embargo, la autora del poemario y sus invitados poetas nunca usarán esa mesa, recorrerán distintos espacios para dialogar a través de la poesía.


La voz de Julieta Ramos arremete en el ambiente, se escucha altiva, potente, clara. Después se percibe como el quejido de una silla que se arrastra por el piso de madera, un sonido grave que empuja y se va llevando miradas, cuerpos, la atención de todos. Desde la alfombra de madera, la voz de Tony Zalazar se alza en versos dedicados a la obra poética de Julieta. Ella también lo busca con la mirada y sonríe, elegante, soñadora, tímida. Su rostro al fin parece ruborizarse tras los grandes ojos negros.

"Julieta elige las palabras con los ojos, y con la boca se lleva los sentidos. Mariposa que esparce en versos el vértigo del mundo", son algunos de las palabras que sigue lanzando Tony ahora desde otro lugar, mutando a cada instante mientras su voz cabalga entre el público. Parado en una silla, acostado, sentado, si pudiera a lo Kafka nos miraría a todos desde el techo.

“Escribo desde muy chica, no pensando en un libro, sino que escribo constantemente. Este libro surgió gracias a la intervención de Tete Romero quien hizo posible la publicación por medio de la Editorial Contexto. Tete había leído parte de mi obra y me sugirió que preparara el material para un libro de poesía. Así empecé a producir este libro”, explica Julieta.

“Revisé todo lo que tenía acumulado desde hace dos años, hice una selección y miré qué podía decir a través de esos textos. Fue un trabajo muy fino. Ahí me di cuenta de que había un hilo y fue así como surgió el libro”, cuenta.

Después del cruce poético de Julia con Tony, llegó otro diálogo con Alicia Marina Rossi. El título del libro, Disculpe las molestias, sale de una frase que decía: "me estoy construyendo, disculpen las molestias. Me estoy construyendo, esa es la idea”, relata Julieta; por un instante borra su sonrisa y se pone seria. “Uno de los poemas del libro contiene esa idea, el cambio es lo único permanente en la vida y me permite construirme, así que me estoy construyendo, disculpen las molestias. Estoy cambiando. El libro tiene ese concepto en general. Hay poemas que surgieron en diferentes momentos, pero están atravesados por esta construcción”.

“La poesía siempre fue un lenguaje natural para mí. Siempre estuve muy estimulada con los libros, aprendí a leer desde muy, muy pequeña. Leer me hizo o me empuja también a expresarme, tengo necesidad de expresarme por medio de las palabras. Un día me dijeron ‘eso que estás haciendo es poesía’. Desde ahí empecé a explorar más y este es el lugar donde me gusta moverme. En la poesía soy yo”, subraya y una mueca ilumina su rostro al tiempo que vuelve a dibujarse una mueca risueña.



“Necesidad ineludible de escribir”



“Creo que en general y lo más auténtico de la escritura surge de un estado de trance. Uno no sabe muy bien de dónde viene. Incluso parece una voz que llega y se hace poesía. En ese momento surge la necesidad ineludible de escribir. Cuando estás en ese trance sos un instrumento, nada más, algo que llega y hay algo que sale. Después no lo adorno mucho o no busco ponerle muchas palabras”, explica Julieta sobre su proceso creativo.

“La poesía llega con un lenguaje coloquial y así se queda. Incluso no pienso mucho en la estética, si hay alguna metáfora, una imagen, es porque llegó así y salió así. Si me salgo de esa línea dejaría de ser auténtico. Las correcciones sirven simplemente para limar y pulir algunas cosas. No puedo decir ‘hoy voy a escribir poesía’, no sucede así, se escribe cuando llega”, puntualiza.



“… brotarás de mil noches

De lluvia y luna perdida.

… la mente te dirá los obstáculos,

Pero la mente nunca será tu obstáculo.





Un vals en la Línea 9


Dentro de Disculpen las molestias, se encuentra un bloque de poemas escritos durante un viaje en colectivo urbano de Resistencia. “Los escribí en el colectivo urbano de la ciudad. Trabajaba y tenía un momento. Son 20 o 30 minutos arriba de un colectivo. En ese tiempo podés leer, escuchar música, mirar las redes sociales, hacer un relax si tenés suerte y vas sentado. Estamos en un mecanismo social y político que no te permite ver más allá. A veces no tenía papel pero el poema llegaba en ese momento, me surgía en ese instante y entonces escribía en el celular. Tenía que escribir”, relata sobre estos poemas.


Viaje al interior


“Este es un libro que te permite pensar, sentir. La poesía llega con palabras coloquiales para invitarte a viajar y permite sentir. Los poemas permiten viajar indagando sobre la soledad, el amor, el tránsito. Leer cada verso y meterse en la mente y el corazón de Julieta. Es un libro para hacer una pausa en la vida y sentir”, concluye Tony Zalazar sobre la obra poética de Ramos.

La presentación fue muy abierta, amena, el diálogo de lecturas hizo desaparecer el tiempo. “Los poetas nos sentimos muy cómodos hablando entre nosotros mediante la poesía. Quería hacer una presentación distinta, por eso nos corrimos de la mesa y del lugar formal”, agregó sobre el final Julieta. En el mismo sentido Alicia Marili Rosi se manifestó alagada por el cruce de lecturas, “Julieta es una poeta joven fantástica. Tiene un presente brillante y nos espera un futuro aún mejor a nosotros como lectores amantes de la poesía”, concluyó.



Otra vuelta


Los lunes huelen sepulcro,

O huelen quizás como ese perfume

Que me descompone en el colectivo.

Tienen el inconsciente “empezar”,

El evento inicial que desencadena la semana

En verde y sin atajos,

Para que levantarse de la cama

Tenga más de obligación que de gusto.

Porque los lunes también huelen a comienzo

Y a ese olor le tenemos miedo todos.



viernes, 10 de agosto de 2018

Julio Ramírez: “En este Festival de Inverno adelantaré temas de mi primer disco solista”

Hoy comienza el 9º Festival de Invierno de Chamame en el Teatro Vera de Corrientes desde las 21.30. Esta noche estará el destacado acordeonista y bandoneonista Julio Ramírez. “Esta ámbito es propicio para presentar y adelantar temas de mi primer disco que verá la luz en septiembre. Podrán escuchar temas tradicionales y nuevos desde el acordeón a dos hileras”, explicó el músico. El festival es organizado por el Instituto de Cultura desde la dirección de Artes escénica, música y artes audiovisuales.

Paulo ferreyra
Paulo.ferreyra@yahoo.com.ar 

Foto Maia Alcire
Cuando toca el acordeón sus dedos destellan melodías nuevas, su agudeza pone sobre relieve nuevo o viejos clásicos. Ahora Julio Ramírez llega al Festival de Invierno de Chamame con Facundo Rodríguez, destacado guitarristas santafecino. “Cuando se confirmó esta noticia sentimos una gran alegría. Estar en este festival es una muy buena oportunidad para mostrar nuestra propuesta musical que venimos desarrollando desde hace un tiempo”, comenta con ese tono suave que engalana su decir.

“El repertorio serán temas que estamos preparando y que saldrá en mi primer disco en el mes de septiembre. Esto será un gran anticipo del disco con un invitado especial como Néstor Ferreyra, un cantor de Resistencia quien participó del disco”, cuenta. Entre los temas también promete un homenaje a Nini Flores quien en este mes se recordó un año más de su partida.



“Con Nini Flores compartí algunas cosas. Como persona era un tipo bárbaro, agradable, afable, bueno. Además como músico tuve oportunidad de tocar con el en un festival en La Plata, también tacamos en ámbitos más informales. Su partida ha significado una tristeza muy grande para los músicos. Él hacía cosas increíbles para los músicos que tocamos el acordeón, los músicos teníamos una admiración muy grande hacia su obra porque las cosas que él logró - por ahí nosotros que entendemos del instrumento - sabemos que son muy difíciles poder plasmarlas y hacerlas. Desde su costado compositivo también tiene obras que quedarán para siempre”, destacó.

Sobre su primer disco solista Julio Ramírez cuenta que surgió hace unos años, “empecé a tocar el acordeón de dos hileras y fui tocando con mi padre, después con Coqui Ortiz. Pero la idea surgió de hacer un disco que sea totalmente en dos hileras viene de una charla con Pedro Topo Zubieta. Él con su empuje hizo realidad y concretar este disco. Fuimos armando el repertorio del disco y además de los temas instrumentales después surgió la posibilidad de invitar al cantor Néstor Ferreyra. El disco se completa con composiciones nuevas versiones de clásicos del chamame adaptadas al acordeón de dos hileras. También participan del disco Samuel Rodríguez y Juan Pablo Navarro”, explicó con entusiasmo “Julito”, como todavía lo conocen algunos músicos dentro del ambiente.

En el festival estarán este viernes Carlos Maciel y Rodrigo Galarza; Julio Ramírez junto a Facundo Rodríguez y Néstor Ferreira y para el cierre Jorge Suligoy. Ya para la noche de clausura participarán Patricia Gómez; Daniel e Ismael Giménez y Fernando Ciancio – Sebastián Vita y Matías Galarza.

“He tenido ya oportunidad de tocar en el Teatro Vera. Es quizás el ámbito apropiado para desarrollar esta propuesta que llevamos con un clima de música y silencio, la gente se presta a escuchar aquí más el instrumento. La música llegará así de una forma diferente y porque que no más profunda”, concluyó Julio Ramírez.

jueves, 9 de agosto de 2018

Suligoy: “Para nosotros el Chamamé ya es patrimonio intangible del corazón”

El Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes pone en escena la 9 Edición del Festival de Invierno de Chamamé. Este año serán dos jornadas que tendrá lugar en el Teatro Oficial Juan de Vera este viernes y sábado desde las 21,30. “La propuesta serán conciertos para escuchar exclusivamente con el corazón”, manifestaron los organizadores. El músico y compositor Jorge Suligoy, quién estará este invierno adelantó que con la guitarra y su voz acercara una canción al oído del espectador. “Mientras el Chamamé camina a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, para los que amamos esta música, para todos nosotros el Chamamé ya es patrimonio intangible del corazón”, subrayó. 

paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar

“Esta invitación para participar del Festival de Invierno me tomo con mucha sorpresa, una grata y hermosa sorpresa. Trabajos incansablemente por el chamamé, en tiempo completo, desde la composición hastah la difusión. Cada año poder estar en la Fiesta Nació del Chamamé es una gran alegría esta también ahora empuja aún más a seguir transitando este camino chamamecero”, agregó.


En el Festival durante la primera velada se podrá disfrutar de la presentación de Carlos Maciel y Rodrigo Galarza; Julio Ramírez junto a Facundo Rodríguez y Néstor Ferreira y para el cierre Jorge Suligoy. Ya para la noche de clausura participarán Patricia Gómez; Daniel e Ismael Giménez y Fernando Ciancio – Sebastián Vita y Matías Galarza.

Esta propuesta, producida ininterrumpidamente por el Instituto de Cultura desde 2010, a través de la Dirección de las Artes Escénicas, de la Música y de las Artes Audiovisuales, contó con la curaduría inicial de sus impulsores, Nini Flores y Aldy Balestra, hasta 2014. A partir de allí el diseño de programación y la producción artística siguió directamente a cargo de la Dirección de Artes Escénicas y Música del Instituto de Cultura.

Las entradas tendrán un valor muy popular y pueden adquirirse en la Boletería del Teatro de 17.00 a 21.00. Por último, Jorge Suligoy comentó que está preparando un repertorio para el corazón. “Además de la voz y la guitarra iré con la fuerza de la palabra. Será una noche muy especial y me acompañarán invitados exclusivos”, destacó.  La amplia y rica historia del músico se abrió paso en Corrientes una vez que el profesor Enrique Piñeyro señalara: "Suligoy resume la vigencia del viento".

viernes, 3 de agosto de 2018

Castro: “Me inspiran los grandes músicos que tocan la batería”

“Me gusta la armonía, me gusta entender lo que pasa a mi alrededor y escuchar todo lo que está pasando”, explica. Lleva el pelo encanecido, rostro anguloso, unas pestañas brunas custodian sus ojos profundos, la sonrisa amable sale al encuentro desde lo alto, así es Jorge Castro. En esta amplia charla vamos desde sus inicios con la batería hasta estos días de música con Híbridos, Guaú Trío y Jaguaretezz. Claro, no pudimos meter todo y dejamos de lado su etapa metalera en Buenos Aires.

Paulo Ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


“La sensación de tocar con Osvaldo Burgos es algo extraño. Cada nueva oportunidad es una sensación extraña. Osvaldo tiene una energía que es de otra planeta. Osvaldo me lleva a lugares inhóspitos, lejanos, inaccesibles, intransferible”, desliza Jorge y sus palabras salen como agua viva, habla en pequeña corredera y con música.

Osvaldo Burgos toca el stik, compone; y en las presentaciones de Híbridus tocan sus temas. De a ratos él parece abstraído, sólo él sabe la lista de los temas y lo revela espaciadamente. Durante el concierto no se busca con Jorge, no se miran, entre tema y tema se regalan una mirada mientras beben algo, nada más. Jorge Castro juega con sus palillos, cambia y cambia mientras los sonidos despiertan nuevas sensaciones.
Jorge Castro

“Lo curioso es que nosotros ensayamos. Ahora cuando nos presentamos a tocar tocamos lo que no ensayamos. Es decir, cuando tocamos salen cosas naturales. Hoy Osvaldo dijo entre tema y tema que no sé los nombres de los temas. Es verdad. No sé los nombres de los temas”, confiesa y se escuda en una pitada del cigarrillo para un largo silencio.

“Entonces cada vez que empieza un tema me sorprende porque no sé para donde va a ir, siempre empieza distintos. El me lleva a otro lugar. Después me enfoco en el tema, lo reconozco y me voy a ese tema. Pero me deja una libertad absoluta. Hablando del jazz, me lleva a una libertad totalmente espiritual que me hace tocar distinto. No estoy pensando en los patrones que uno a veces tiene en la cabeza, sino que aquí se abre un viaje único”, confiesa.


—¿Esta libertad, este viaje, también es posible gracias a tu formación?


—No lo sé, quizás tenga que ver con mi forma de entender la música también. Este viaje también lo logro con Guaú Trío, que también me lleva a esos viajes. Osvaldo tiene una concepción del universo muy amplia. Cuando estás tocando te olvidás de todos los patrones musicales, realmente es un placer para mí tocar junto a él. No tengo una palabra para expresarme cabalmente sobre estas cosas. Los ensayos son un vuelo que no sabemos dónde van a terminar. Cuando ensayamos también escuchamos los bocinazos y los ruidos de la calle, esas cosas encajan con la música que estamos haciendo.

—En ese contexto está permitido pifiar, errar.


—Pifiar está permitido porque pifiamos siempre. No podemos no pifiar. Está dentro de la música que hacemos. Está permitido, creo que la palabra no es permitido, sino la palabra es natural. Es natural pifiar, por ahí empezás a tocar y no sabés para dónde vas a ir. Tenemos los temas, la estructura, pero a veces nos dejamos llevar por esa música que estamos haciendo para poder viajar libremente.

—¿Entonces hacen jazz?


—Osvaldo dice que no hace jazz. Pero hace jazz; es un exponente. Tiene esa libertad en la cabeza y con ello no sabés dónde vas a ir. Está buenísimo no saber... Viste que siempre estamos tan estructurados, y esta música te da un permiso especial, no sabes dónde vas a ir. Nosotros no estamos pensando cómo vamos a resolver, eso es lo bueno, porque por lo general en la música estás pensando cómo resolver determinadas cosas. Sin embargo acá no sabemos. Siempre lo resolvemos. No sé si bien, pero resolvemos.

—Lo opuesta a esta libertad, ¿se puede manejar la música?


—Sí, totalmente, se puede manejar la música. Vos tenés determinados patrones incorporados por estudios y podes manejar la música. Podes hacer tu patrón de música y lo haces, pero con Osvaldo no manejamos nada.


Con Guaú está pautado por dónde empezar, tantos compases, pero lo que pasa en el medio es totalmente distinto. En Jaguaretez nos estamos conociendo. Hay algo intuitivo que te permite volar. Con Osvaldo tocamos sus composiciones.

La gente al jazz lo tiene emparentado por otro lado pero el jazz es libertad, la libertad de jugar y no saber dónde vas a ir, dónde vas a terminar, cuánto dura el tema. No estas pendientes de esas cosas. Jugas. Por eso se llama estándar de jazz. Para mí es libertad.

Hoy se nos ocurre ir por un lado y vamos por ahí, mañana será por otro lado. Según la cuestión emocional, espiritual, según cómo te sentís ese día, si estás bien, si estás mal, esas cosas influyen. A veces vas a tocar para tres personas y hay algo dentro tuyo. Cuando empieza a fluir la música corre como un torrente, es un juego que sale ahí y jugas. Estamos jugando a qué nos sale en ese momento. A veces los juegos son así, como cuando vas a jugar a la pelota, a veces bien y a veces mal, pero jugás y la pasás bien. Jugás. La libertad es esa: jugar. Lógicamente que hay estudios previos que uno fue haciendo, asimilando, que te deja jugar más libre.



“El baterista va al arco”

Mientras tocan en los distintos escenarios que ya recorrieron de Corrientes, Híbridus no se busca, tocan sin mirarse. Osvaldo y Jorge van ensimismados en su música. Jorge de a ratos cierra los ojos, se mece, abre los ojos sin mirar y vuelve a cerrarlos.

“No lo busco para resolver un tema, habla de buscarlo con la mirada. No lo busco. Creo que Osvaldo te va llevando a determinados lugares auditivos que no tienen que ver con mirarnos para decir ‘acá terminamos’, sabemos que vamos a terminar, en algún momento vamos a termine pero no sabemos dónde vamos a terminar. Es algo que me permite despegarme totalmente de Osvaldo, no musicalmente, lo sigo escuchando y yo puedo jugar sobre lo que está haciendo”, explica.

“En el desarrollo del tema puedo entrar, salir, callarme, volver a empezar, sentir esa sensación de que no nos buscamos con la mirada, no nos miramos, nos miramos solamente cuando decimos qué vamos a tocar y nada más, al comienzo de cada tema. Sin embargo está el sonido. Es muy difícil lograrlo con tus pares musicales, con Guaú Trío también me pasa. Son cosas distintas. Son distintos vuelos musicales”, explica.


Se piensa que comparando con el fútbol el baterista es el que va al arco, Jorge coincide plenamente. “Tengo grandes discusiones con otros bateristas, otros colegas, dentro de la libertad que vos tenés sabes que tenés una función. Sabes que tenés que bancar al otro que es el delantero, hay que bancar al que esta adelante, el otro es el delantero. Vos no, vos podés jugar un poquito, hacer como delantero, pero siempre tenés que volver porque el otro es el que está mandando y va adelante. El baterista cumple una función dentro de la música, la base de todo, si yo me voy al carajo el equipo se desarma porque quedará el arco vacío y te pueden hacer 20 goles. Nuestra función de bateristas es ser arquero y está bárbaro, me encanta, es muy bueno.

—¿Volverías a elegir la batería?

—Claro, volvería a elegir la batería. Creo que nací con esto. Yo empecé a tocar la batería de mentira. Por una mentira, no de mentira.

—Uf, ¿cómo fue?

—Cuando era muy chico era gordo. Nadie me daba pelota, las minas tampoco. Recuerdo que estábamos en una ronda de amigos y uno dijo ‘yo soy guitarrista’. Entonces dije ‘yo soy baterista’. Total ¿quién me iba a decir algo?

Tenía 12 años y dije que tenía una Bateria Rex, que me confundí con el equipo de box que tenía los Beatles. Pero por suerte había una batería Rex. Así fue creciendo mi mentira hasta que en un momento me sentaron en una batería creyendo que yo era baterista. Nunca había tocado. Pero se ve que toqué bien porque no tengo un trauma de aquella primera vez, todo lo contrario. Lo volvería a elegir. Intenté con otros instrumentos: estudié piano, y toco; estudié saxo, pero la batería es lo mío.

Me gusta la armonía, me gusta entender lo que pasa a mi alrededor. Creo que a partir de estudiar otros instrumentos, yo estuve 4 o 5 años sin tocar la batería porque me enojé. Vendí todo. Cuando volví, mi cabeza funcionaba de otra forma, escuchaba todo lo que estaba pasando a mí alrededor, antes no escuchaba, solo escuchaba mi instrumento. Era sumamente arquero. Pero metía pelotazos. Después mi cabeza cambió y sentí la música de otra forma.

—Con esa apertura, ¿cómo te definís?

—Desde lo musical empecé a entender mejor el juego. Comencé a escuchar lo que hacían lo que estaban haciendo lo otros, los cambios armónicos, veía todo el campo de juego. Cuando entendés el juego desde ahí la cosa cambia. Soy un músico que toca la batería, no baterista. Hay una diferencia. Los grandes bateristas son músicos que tocan la batería, no estoy diciendo con esto que soy un gran baterista o un gran músico, pero sí me inspiran los grandes músicos que son eso, grandes músicos que tocan la batería.

Por eso volvería a elegir ahora. La batería para mí es todo. Tengo una conexión que no tengo con los demás instrumentos. Es cierto que otros instrumentos me brindan otras cosas para poder desarrollarme como músico pero la batería es otra cosa, me siento y soy yo. Si alguien me quiere conocer que me mire cómo toco la batería. Ese soy. Ahí no miento, no hay otra historia, buena, mala, puedo tocar bien o mal, pero ese soy. Divertido, serio, abro los ojos, cierro los ojos, ese soy yo.

Osvaldo Burgos



jueves, 2 de agosto de 2018

En el Museo Histórico recordaron el día del Historiador Correntino


El Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes, a través del Museo Histórico Provincial Teniente de Gobernador Manuel Cabral de Melo y Alpoín, recordó el 25 de Julio el Día del Historiador Correntino. En la velada su director, el licenciado Miguel Fernando González Azcoaga destacó la labor de lo historiografía.  A su termino dio paso a Analia Alfaro quien se refirió al historiador Manuel Vicente Figueredo.

paulo Ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar

En la tarde noche del miércoles último, puntualmente a las 20, en la sala de Conferencias "Historiador doctor Valerio Bonastre", del Museo Histórico Provincial, se realizó el acto de Homenaje y Recordación al Historiador Manuel Vicente Figueredo, en el año del octogésimo aniversario de su fallecimiento. 

“Este Museo viene contribuyendo a la labor historiográfica en su espacio como ámbito de trabajo, difusión y exposición de trabajos.  En el día del historiador correntino queremos poner en valor justamente la labor de tantos que contribuyen a la memoria y al estudio del pasado. Manuel Figuerero fue incansable investigador y es justo se reconocimiento”, destacó en la apertura del acto el licenciado González Azcoaga.

Entre el público presente hubo historiadores, alumnos, editores, familiares de Manuel Figuerero y público en general. A su turno la señora Analía Alfaro, alumna del 4º Año del profesorado de Educación Secundaria en Historia del ISPCD Nº 1.  En su alusión hizo un gran repaso por la vida de Figuerro, poniendo de relieve los años de docencia del historiador, su paso por el Colegio Nacional de Corrientes; destacó que fue rector del Colegio Nacional de Mendoza y del Colegio Nacional de Mercedes, Bueno Aires. “En Corrientes fue vocal en el Consejo de Educación, miembro del Concejo Deliberante de la capital, defensor de menores y agente fiscal de los tribunales, diputado provincial entre 1884 y 1889 y miembro del directorio del Banco Popular. Su primer trabajo histórico estuvo referido a Genaro Berón de Astrada y entre sus libros más importantes figuran: “Bibliografía de la Imprenta del Estado de Corrientes”, “Lecciones de Historiografía de Corrientes”, entre otros.