martes, 22 de octubre de 2019

Libros despiertos en el hospital de día



Charlan, hacen ruido, se estrechan lazos, un lugar diferente a todas donde los libros sólo parte de la  excusa para encontrarse, tomar mate, estrechar la mano. El Hospital de Salud Mental “San Francisco de Asís” cuenta con un dispositivo alternativo denominado “hospital de día”, donde abrieron a comienzo de año una Biblioteca. El psicólogo Juan Terraes y el escritor Martín Alvarenga cuentan cómo surgió este espacio y su actividad sui generis.

Por Paulo Ferreyra     
sapukai.culturas@gmail.com



El germen

A comienzos de este año quedó inaugurada la Biblioteca Martín Alvarenga dentro del Hospital de Salud Mental. Profesionales de salud que realizan sus rotaciones por este nosocomio habían comenzado a trabajar con talleres de escritura. Desde hace algunos años en una sala estaban los libros que poco a poco fueron despertando.

El interés de los usuarios fue creciendo y encendió la iniciativa de crear una biblioteca. Los libros estaban ahí y comenzaron a ser usados para el taller.
“Sin conocimientos técnicos a nivel de la literatura pero sí percibiendo la importancia de la misma dentro un espacio grupal, de expresión, de encuentro, los usuarios comenzaron a trabajar en el taller de escritura. Los usuarios del Hospital de Día podían en ese lugar tomar una postura, una iniciativa, una conciencia de lo que les pasaba o sentían”, cuenta Juan Terraes.

En una sala del Hospital de Día estaban los libros que comenzaron a usarse en el taller. “Martín dice que esos libros estaban dormidos. También nosotros sentíamos eso antes de comenzar a usarlos. Ahora encaramos distintos proyectos porque tenemos la perspectiva de un espacio donde cada uno asuma responsabilidades, que se genere intercambio, que no quede reducido a una sola temática, y donde no  sólo estén los libros que  guardamos”, agrega Juan.

Democracia

Además del taller de escritura se despertaron las necesidades y surgieron otros talleres. Así también nació la necesidad de nombrar ese espacio, ponerle un nombre a ese lugar de encuentro. Los pacientes fueron diciendo los posibles títulos que podía llevar la biblioteca.

La decisión llevó su tiempo. “Toda decisión se busca demorar en tomarla porque entendemos que no es una carrera para ver quién llega más rápido. Aquí buscamos que la gente se sienta bien y que su opinión valga, sea escuchada. En este contexto hay que entender que en un espacio democrático se generan tensiones”, explica.

Surgió así entonces Biblioteca Martín Alvarenga, en reconocimiento a su entrega desinteresada en donar sus libros al Hospital de Salud Mental.


Apertura a la sociedad

Tras la inauguración oficial ocurrida en marzo último las actividades se siguen desarrollando, hay tres talleres mientras la biblioteca se abre paso a la comunidad. La fortaleza de Juan Terreas y Sabrina Blanco busca consolidar este espacio donde los libros no duermen, donde haya asambleas, encuentros, discusiones, apropiación de la palabra, solidaridad, el mate compartido, el ruido —esta biblioteca tiene sus particularidades respecto de esto—. Hay pocos espacios como ese en el día a día del hospital.

Este espacio Juan lo enmarca porque también está contemplado en la Ley de Salud Mental 26657. “El abordaje de la salud mental debe tener como característica la promoción de lazos sociales, más allá de lo patológico es necesaria la apertura y que ellos se vinculen en espacios culturales, artísticos. El espíritu de la ley aspira al desarrollo de acciones al alcance de toda la población desde la mirada comunitaria, buscando el desarrollo de las capacidades de todas las personas, desde la inclusión social y también con la perspectiva de los derechos humanos”, destacó Terraes.

Talleres

Hace ya unos meses se incorporó al equipo una bibliotecaria que trabajará para ordenar los libros, roturarlos, disponer un disposición en cada estante. Este interés antes no existía pero la biblioteca se va afianzando y por ello surgen estas necesidades.

El taller de escritura en el hospital de día se realiza los martes. También se abrió uno de matemática. Dentro del taller de escritura participa Martín Alvarenga, “el no sólo realizó la donación sino que también muestra un compromiso permanente con el hospital”, explican.


En 2013 Martín Alvarenga hizo una donación de casi 1300 libros y revistas que quedaron en el hospital. Desde el comienzo se las usaba informalmente. Fueron el licenciado en psicología Juan Terraes y la licenciada en trabajo social Sabrina Blanco quienes formalizaron trabajos en el hospital. Ellos produjeron una movida importante dando forma así la biblioteca, con el afán de integrarla al barrio y a la ciudad.

Además del taller de escritura y de matemática, ahora se realiza el de asociación de usuarios que se reúnen para debatir sobre salud mental. Martín Alvarenga trabaja junto a Sabrina y Juan en el taller de escritura, los martes tienen dos horas intensas de actividad literaria, reflexión sobre la actualidad, espacio de escritura. “Todo se fue dando con una naturalidad impresionante. Encontré ahí una forma de canalizar una serie de inquietudes, de experiencias que traía por el tiempo transcurrido en lo que me concierne como autor. Se fue dando todo de una forma muy estimulante. Hay una conjunción de lo terapéutico y lo cultural en el hospital de día que es muy valioso”, destacó Alvarenga.  

“En la metodología del taller buscamos conciliar la parte teórica con la parte práctica. Conciliar tiene que ver con una búsqueda para que la espontaneidad no prime sobre la disciplina, pero a la vez que esta no primer sobre la espontaneidad. Tratamos y trabajamos para lograr el equilibro entre las dos cosas. Hay empatía y una energía muy buena entre todos”, subraya.
Martín se veía desbordado por los libros que estaba acumulando en su casa. Décadas de lectura iban apilándose en su hogar. Entonces pensó en desprenderse de algunos títulos y seleccionó para ello literatura regional y universal. “Fue una selección cuidada para que tuviera eco donde fuesen esos libros. No me desprendí de un bulto”, cuenta.

Por último, el escritor explicó que la donación de sus libros al Hospital de Salud Mental surgió por entregarlos a una institución no visibilizada. Estos usuarios no son visibilizados socialmente como debieran. Sobre el hecho de que le hayan puesto su nombre a la biblioteca pone de relieve que “algo medianamente útil he hecho en la vida”. Tras una pausa repite, “algo medianamente útil he hecho”.

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