viernes, 8 de julio de 2011

“El inconsciente es muy travieso”


Uno de los escritores más prolíficos que tiene la tierra de Corrientes es Martín Alvarenga. Por un momento vimos apagarse las luces de la ciudad, silenciarse sus motores y nos sentamos al borde del camino, te y café de por medio, charlamos. “Hay un error filosófico, es más importante tener que ser. Es más importante la caripela que el mundo interior”, Martín no anda con vueltas para decir las cosas.


Por paulo ferreyra especial para corrienteschamame.com

paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


Martín Alvarenga va con los pasos tranquilos, tiene la mirada amable, su voz es casi suave pero sus palabras cortan con la mano cualquier modorra presente. Hace casi dos años que la Escuela Polimodal Frondizi bautizó su biblioteca con el nombre del reconocido escritor, “qué puedo agregar. Me alegró profundamente aquella noticia. Estoy preparando la mitad de mis libros para donar a esta biblioteca, la otra mitad va a quedar para mi hija”, comenta Martín.

En el bar había mucho ruido, pareciera que todos hablamos a la vez, Martín apoya sobre la masa un libro y un anotador. Hablamos de teatro, chamame y jazz, sus conceptos describen un poco como somos.

¿Estas escribiendo teatro? Era un género al que te mostrabas reacio a escribir.

Si bien en algún momento me mostraba remiso, ahora no se qué me pasó, de pronto me poseyó. Debo agregar que no era casual, estaba viendo mucho teatro y prosa. En el camino encontré a la actriz y al director. Hace unos días hicimos un ensayo, ablandamos el texto. Realizamos una especie de interpretación compartida y ahora ya entra el director. Si Dios quiere se puede hacer un preestreno en septiembre.

Bastante rápido entonces.

Incluso tengo una idea para escribir otra obra, pero vamos a esperar, el inconsciente es muy travieso.

¿Cómo se movió en la construcción de la obra?

Me moví con mucha pasión. Incluso me hice un planteo, quería una obra de teatro para que sea representada pero también para que sea leída. Para que sea vista en la representación y para que sea leída, y ese es un objetivo, que el texto sirva como producto de teatro y literario.

¿Cómo es el lenguaje?

Tengo una idea central, quiero decir algo y que me tomen enseguida. Quiero decir algo, siempre vuelvo a lo trágico griego, Shespeare y García Lorca. Aunque hubo dificultades me siento bien mezclando el realismo. En realidad es una especie de híper realismo.

¿Cuándo aparecieron las dificultades?

Las dificultades se manifestaron porque aparecí como un intruso en el mundo del teatro y por ahí me pusieron muchos aprietes. Pero hice el aguante, siempre me pusieron palos en la rueda y siempre hice el aguante.

Una vez Usted manifestó que si Corrientes era un círculo estaba parado en el borde, ¿aún continúa en ese borde? ¿Cuántos artistas están en ese borde?

Somos contados con los diez dedos de la mano. Estoy abriendo el abanico al extremo al decirte 10 tipos parados en este borde. Yo cuestiono el chamame. Cuestiono la perspectiva del chamame como se lo ve. Se lo ve desde la perspectiva del especialista, del músico, del folclorólogo, pero no se lo ve desde la filosofía, desde la literatura, desde la danza. El estereotipo es de la especialidad, pero no de una visión prismática que te proporciona la visión multidisciplinaria e interactiva del fenómeno del chamame. Entonces qué le falta al chamame – para mi – no es sólo ser nativo sino ciudadano del mundo. Todavía les faltan esos códigos.

¿Qué pensó entonces cuando este año en la Fiesta del Chamame se puso el mote de chamame mundial?

Es un término que te diría hasta soberbio. Si hablamos de una globalización alternativa el chamame todavía no esta globalizado alternativamente. El chamame está en un proceso de ebullición pero no se han parado en el centro de gravedad, cual puede ser ese centro de gravedad, la síntesis entre el nativismo y el cosmopolitismo. Al chamame le falta ser ciudadano del mundo. El chamame no tendría que quedar suscripto a lo rural, el chamame tendría que abrir las puertas de los monobloc, de las avenidas, de los semáforos y eso genera una confusión de una identidad no asumida. Es riesgoso no asumir el chamame desde una ventana que mire al universo, no podemos seguir mirándonos el ombligo. No podemos seguir mirando a Cocomarola, tenemos que mirar otras cosas. Hay otra búsqueda. A mi no me van a llamar para que hable en un panel de chamame, porque ellos sospechan que yo puedo decir esto. Yo digo la verdad.

¿A este género musical le falta diálogo?

Hay una historia de cuatro siglos y un lustro aproximadamente, acá han dominado los encomenderos, los estancieros, los militares y la iglesia. Tres corporaciones, después se insertaron los profesionales y los yuppis neoliberales, entonces se hizo un encastre, entre feudalismo y neoliberalismo. Entonces corrientes es un infierno. Pero cuando vos le penetras te encontrás con un pequeño paraíso. Es como pasar la brasa de San Juan. Aquí hay una ley que es la ley del palo en la rueda, la maquina de impedir. Siempre hay una dualidad, esta el creativo y el creativo burócrata. El creativo burócrata es alcahuete, delator, empleado turístico, es elegido en un cargo público para firmar cosas. El negocio es la política, no hay otra forma.

Corrientes le da la espalda al río Paraná, corrientes le da la espalda a la cultura. El tema pasa por los símbolos de la cultura. Tenemos aquí el fundamentalismo carnaval y el fundamentalismo del chamame.

¿Cómo es el borde donde estás parado?

Sencillo, me gusta lo undergraund. Voy a lugares públicos a contramano de donde van algunos artistas. Me gusta presentar un libro en un boliche – por ejemplo – antes que en un claustro universitario. Cada uno busca su lugar.

Volviendo al chamame, ¿escuchas chamame?

Escucho. Por un lado escucho por mi padre que ponía chamame cuando era chico. Escuche mucho chamame. En esta ciudad también porque donde vas suele haber chamame. De igual forma por internet, ahí paseo por la música y el folclore en general. El Chango Spasiuk, algo pasa con Rudi y Nini
Flores, Coqui Ortiz. Pocho Roch innovó la melodía, pero le faltó un poco más. Le faltó cosmopolitismo. Pocho hizo un avance importante, tampoco podes seguir exigiéndole, hizo mucho por el chamame. Algo de Tarrago Ros, al principio. Gicela Méndez Ribeiro, creo que ella puede dar vuelta la tortilla, porque tiene una ventaja, tiene cultura de frontera, ella la va a dar una síntesis a esa cultura, una síntesis sudamericana.

En pleno Siglo XXI todavía nos paramos como propietarios del chamame.

Eso es un absurdo. Todo es regional, sudamericano. Cuando llegaron los jesuitas era regional, Brasil, Paraguay, Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay.

Para terminar, deseo conocer su opinión sobre el festival de jazz que se realizó el mes pasado en Corrientes.

El festival de jazz es indefendible, porque en Corrientes en el año 1940 teníamos 70 músicos de jazz. En una palabra, algo que publiqué en mi segundo libro de ensayo, hay un error filosófico, es más importante tener que ser. Es más importante la caripela que el mundo interior. Si vos te mostrar como sos te matan.

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