lunes, 2 de julio de 2012

“Debemos estar orgullosos de esta sangre guaraní–criolla”


Días atrás el historiador Alfredo Poenitz presentó el libro Mestizo del Litoral”, sus modos de vida en Loreto y San MiguelEl encuentro se llevó a cabo en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Corrientes y contó con la participación especial de Ernesto Maeder, presidente de la Academia de Historia de Corrientes.  En diálogo con Poenitz nos brindó detalles de esta publicación.


Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


Mestizo del Litoral intenta reconstruir y analizar cómo llegaron al presente los pueblos de Loreto y San Miguel.  Ellos conservan vivos muchos fragmentos de la rica y compleja cultura guaraní-jesuítica luego de cientos avatares históricos, como guerras, migraciones, marginación y la inserción en un sistema productivo que les era ajeno. 

- ¿Cómo surgió este libro?

El libro se llama “Mestizo del Litoral”.  Es una investigación etnohistórica que pretende explicar el origen mestizo del hombre de campo no solo de Corrientes sino de toda la región del Litoral.  Los guaraníes de las Misiones Jesuíticas, una vez que son expulsados los jesuitas, se dispersan a lo largo de todo el litoral fluvial rioplatense.  Ellos se mezclan con elementos criollos y de ahí viene el mestizo. El mencho correntino, el gaúcho de río grande y el paisano oriental son productos de ese mestizaje.


La investigación gira en varias partes. El primero habla de la cultura guaraní.  El segundo momento es la cultura jesuítico guaraní, es decir el encuentro de los jesuitas con los guaraníes.   El tercer momento cuando los guaraníes están sin los jesuitas y entran en decadencia los pueblos.  El cuarto momento los guaraníes emigraron de las misiones y fundan dos pueblos que son San Miguel y Loreto.  Pueblos que aún hoy persisten en Corrientes.  Estos pueblos todavía conservan muchos elementos de la cultura autóctona guaraní.  Ese es el sentido del libro.

Estoy investigando hace veinticinco años el tema.  Siempre. Desde una visión histórica al principio y después hice un doctorado en antropología.  Desde entonces logré completar lo histórico con lo antropológico.  Siempre estuve estudiando los pueblos guaraníes, primero hablando de la época jesuítica y después en la época posterior a la expulsión de los jesuitas.

- ¿Por qué es importante que la sociedad entienda como funcionaban estos pueblos guaraníes?

Eso es importante para entender la historia regional y correntina.  El correntino es mestizo.  El correntino es mestizo guaraní – criollo. La sangre guaraní del correntino es muy fuerte.  Esto no sólo se manifiesta en la parte genética sino también en muchas de las costumbres de nuestro pueblo.  Estamos rodeados de elementos culturales pasando por los mitos guaraníes hasta el gaucho Lega y el gaucho Gil son producto de esa raíz guaranítica que tiene Corrientes.

- Existen lugares que nos hablan poco de la historia guaraní que tiene este pueblo de Corrientes.  Puntualmente el Museo Histórico de la ciudad.  ¿Qué opinión tiene al respecto?

Estoy trabajando sobre esto y mucho. En este momento hay muchos historiadores y  antropólogos que están trabajando en esta cuestión. El tema central es la aceptación de los guaranítico.  Aceptar lo guaraní es entender lo guaraní.  El guaraní fue una etnia con una enorme cantidad de valores.  Debería enorgullecernos llevar esa mezcla de sangre guaraní criolla, de tener esta sangre en nuestras venas.  Por lo tanto nuestra idea es comenzar a revertir un poco esta discriminación de lo indígena.  Discriminación por lo guaraní.  Tenemos que tomar conciencia de que somos parte de esa historia.  Es fundamental entender la historia desde ese punto de vista.

- ¿A pesar de los años transcurrido es posible descubrir cosas nuevas de lo que han dejado los pueblos guaraníes y las misiones jesuíticas – guaraní?

Hay cientos de elementos que se pueden seguir hurgando e investigando en esta relación del mestizaje guaraní criollo en nuestra provincia.  Desde el arte con las imágenes religiosas que están hoy en los pueblos del interior de Corrientes, cuyas imágenes son auténticamente guaraníes pero a la vez producto de la catequización jesuítica.  Se puede investigar las costumbres en las comidas y las costumbres en la religiosidad.  La religiosidad sencilla, tan poco formal del hombre de campo de Corrientes es producto de esta historia jesuítica que hubo hace cientos de años. Hay muchos temas para investigar todavía.

- Vivimos en el litoral cierta pasión por la historia de Andresito Guacurarí, ¿por qué es difícil conjugar la visión de Corrientes y de Misiones?

Andresito provoca amores y odios. Lamentablemente para Corrientes existió un historiador que fue Mantilla que denostó a lo guaranítico y fundamentalmente a la figura de Andresito Artigas.  Inclusive hay muchos hechos y anécdotas que cuenta Mantilla que no fueron reales de la presencia de Andresito en Corrientes.  Por lo tanto eso hizo que cierta clase elite aristocrática de Corrientes renegara de todo lo guaranítico.  Renegar de lo guaranítico es renegar nuestra propia historia social. Misiones tiene la cosa más clara porque no pasó por esa situación. Entonces para Misiones es el defensor de la soberanía territorial misionera y lo tienen como un héroe provincial. 

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