domingo, 29 de julio de 2012

“El Gauchito no fue un bandolero”


Días atrás en la ciudad de Corrientes Orlando Van Bredam presentó el libro “Colgado de los Tobillos”. La historia novelada del Gauchito Gil donde el autor sostiene que no fue un bandolero como dice León Gieco.  “Al Gauchito se le acusaba de cosas menores.  Él era un desertor.  Ser desertor era peor que ser bandolero.  Fue fusilado por ser desertor”.  En esta entrevista cuenta cómo tomó contacto con la historia y brinda detalles del libro.

Por paulo ferreyra 
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar


“Hace algunos años viajaba rumbo a Entre Ríos desde El Colorado, Formosa.  El auto se rompió en Mercedes.  Había que cambiar la junta así que el arreglo llevó dos días.  Cuando el mecánico me entrega el auto me dice

-      Vaya hasta El Gauchito.  Compre una cinta roja y cuélguela del espejo retrovisor. 

En ese momento me pareció una superstición.  Salí a la ruta y me fui directamente para Entre Ríos.  A medida que avanzaba comenzó a subir la temperatura del auto y pensé que el mecánico no hizo un buen trabajo.  Entonces decidí volver a Mercedes y llevarlo al taller.  A medida que me acercaba a Mercedes la temperatura del auto bajaba.  Cuando llego hasta el mecánico le comento lo que me pasó.  Le planteo que el auto no quedó bien porque está subiendo la temperatura.  El va al auto y mira si tengo la cinta roja que me había dicho que pongo en el espejo retrovisor.  Como no lo vio me dice,

-      Pero usted no volvió por el gauchito.
-      No – le respondo.  - Pero usted no va a mirar el auto
-      No – me dijo.  – con la cinta roja es suficiente. Vaya nomás al Gauchito.


Así comienza la historia de Orlando Van Bredam con el Gauchito Gil.  Después de aquel viaje irá pidiendo información a sus amigos y sostiene que aún con el material reunido no alcanzaba para escribir una novela. 

Luego su madre enferma y estaba muy mal.  “Entonces le hago una promesa al gauchito, si ella se cura yo le escribo el libro.  Promesa que hasta el día de hoy mi esposa me recrimina porque ahora mi madre vive con nosotros” – cuenta el escritor con lo cual despierta la sonrisa del público.

“La escritura tiene algo de misterioso.  He ido muchas veces al santuario. He observado los distintos ritos que tienen las personas cuando llegan a la Cruz Gil.  Sin embargo no me interesó contar los milagros, los regalos más insólitos que le hacen continuamente.  Entonces agrego datos que no estaban en su historia.  Me imagino que tendría entre 25 y 30 años, que es un gran seductor, honesto e insobornable”.

“El Gauchito Gil no fue un bandolero rural – advierte Van Bredam – fue acusado de robos menores.  No fue un bandido como dice la canción de León Gieco de la talla de Mate Cosido o Bailoreto.  El Gauchito fue un desertor.  Ser desertor era peor que ser bandido rural.  Fue fusilado por desertor”.


Voy a ir donde el libro me lleve


En la reciente Feria del Libro en Corrientes Orlando Van Bredam presentó su libro “Colgado de los Tobillos”.  En el living del espacio INCA, rodea de algunos lectores, el escritor entrerriano brindó detalles de su publicación.  Trabajó más de ocho años viajando a Mercedes para conocer de cerca esta historia.  Después de sus palabras al público me acerqué y le consulté un par de dudas.

- Después de todo lo que acaba de contar, ¿ahora tiene fe?

Soy una persona de fe.  De la misma manera que la gente cree en la Virgen María o en los Santos. Yo creo.  Sucede que a veces desde el lugar de la cultura o desde el lugar que uno cree que ocupa creer en estas cosas pueden parecer fetichismo.  Pero hay que ser respetuosos con respecto a nuestros límites.  Wittgenstein decía que “al ser humano solo le es dado la palabra, a través de la palabra puede describir el universo que ve a través de los sentidos”.  Pero qué pasa más allá de las palabras y los sentidos.  Donde terminan las palabras y los sentidos debe haber algo más.  Eso misterioso que de pronto como seres racionales nos negamos a aceptar. 

Como venimos de una formación racional, aristotélica, es muy difícil aceptar otros mundos.   Pero seguramente que en algún momento la ciencia podrá explicar muchas de estas cosas.  Por que no creer en la existencia de espíritus que estén ocupando dimensiones cercanas a la nuestras y que tengan la posibilidad de influir en nuestros actos favorablemente.  Por que no creer en la fe de la gente que genera una energía tan positiva que los milagros sucedes. 

Cuando dicen “Corrientes tiene payé”, ¿no será cierto que corrientes tiene payé? Sin embargo siempre lo decimos con un tono hasta sarcástico. 

Pero creo que con los años se ha ido perdiendo ese temor de pensar en un universo finito, me consuela más esa idea de un universo infinito.  Eso es más lindo que esa idea de que existe sólo el aquí y el ahora.  Tal vez la muerte sea un tránsito hacia otras formas de ser. 


- Cuando se presentó este libro hace unos años atrás José Gabriel Cevallos manifestó que “Colgado de los tobillos” era el mejor libro que se escribió sobre el gauchito. ¿Qué sintió en ese momento y cree que es así?

Bueno si mis amigos lo dicen ellos sabrán porque lo dicen.  No creo.  No creo que se haya escrito mucho sobre el gauchito.  Creo que es uno de esos temas que parecen tan obvios y tan populares que a veces los escritores los esquivan.  Tal vez en otro momento de no haberme ocurrido lo que conté hoy, de que mi auto se rompió en Mercedes, y me tuve que quedar dos días ahí,  tal vez yo nunca hubiera contado la historia del Gauchito Gil.  Porque también estuve en esa verada de entender que era un tema excesivamente popular y que no me convenía tocar.  Sin embargo este libro me ha dado muchas más alegría que cualquier otro libro.  El sólo hecho de que hace 11 años que se publica de forma ininterrumpida, el hecho de que tenga cinco o seis ediciones.  La última edición se realizó en Buenos Aire con Ediciones Continente, con el título de “El Retobado”.  El libro justamente fue elogiado días atrás en el programa de Víctor Hugo Morales.  Creo en el gauchito porque el mismo se ha ocupado de que el libro se conozca.  Eso es lo misterioso.  Siempre le digo a mi señora que voy a ir donde el libro me lleve, porque en definitiva es el quien ha decidido que este libro se lea.  A pesar de que no he sido complaciente con él.  En el libro muestro su lado humano, sus debilidades humanas.  Además me acerco a su ideología, que en definitiva es lo más importante.

0 comentarios:

Publicar un comentario