lunes, 16 de diciembre de 2013

La cultura guaranítica en 800 imágenes

Bajo el título “Las Misiones Jesuíticas de la Región Guaranítica”, la muestra ofrece un amplio panorama del notable esfuerzo creativo que significó la experiencia de la Compañía de Jesús (1610-1767). Se exhibe en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires hasta el 12 de enero


Por Daniela Cortés

La historia y el presente de la cultura jesuítica guaraní, que nació hace 400 años en lo que hoy es la provincia de Misiones, se encuentra exhibida en el Centro Cultural Borges, del microcentro porteño, con una exposición de fotos, pinturas y relatos que cuentan cómo era la vida en la época de las misiones jesuíticas.

La muestra, que fue inaugurada el 5 de diciembre y permanecerá abierta al público hasta el 12 de enero, fue organizada por la Fundación Ortega y Gasset (Foga) y el Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana (Cedodal) con el objetivo de valorar la experiencia vivida por los sacerdotes jesuitas y los nativos guaraníes en los siglos XVll y XVlll.


Recorrí la exposición llamada Las Misiones Jesuíticas de la Región Guaranítica en la que pude notar el creciente interés de diversos sectores sociales, ligados al mundo de la investigación académica, en el conocimiento de lo que significó la obra de jesuitas y guaraníes que ahora se ve revalorada por la novedad mundial del primer papa jesuita y argentino.

Las misiones jesuíticas fueron el intento social y cultural más importante del siglo XVll en América del Sur y esto aún no fue entendido, valorado y estudiado como corresponde, por eso este tipo de muestra ayuda a difundir esa porción de historia que todos nos debemos”, expresó el director del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana (Cedodal), Ramón Gutiérrez.

La directora de la Fundación Ortega y Gasset, Marta Campomar, señaló “la necesidad de mantener un diálogo abierto con ese pasado tan rico que se logró construir dentro de las misiones jesuíticas, sobre todo desde esta ciudad de Buenos Aires donde muchas veces los porteños somos desconocedores de gran parte de nuestra historia”.

La exposición está compuesta por más de 800 imágenes, colocadas sobre 50 paneles, que relatan la historia de las misiones jesuíticas, desde sus orígenes hasta el presente; y está ubicada en el tercer piso del Centro Cultural Borges.

Para que los visitantes puedan apreciar la información de una manera didáctica y cómoda, la muestra que fue curada por el arquitecto Ramón Gutiérrez está dividida en ocho ejes temáticos que comienzan con la llegada de los jesuitas a América, la formación de los primeros pueblos, su arquitectura, arte, economía, y cultura. Termina con lo sucedido a partir de la expulsión de los jesuitas en 1767 y el presente de las ruinas jesuíticas como patrimonio mundial de la humanidad.

La exposición, que es de entrada libre y gratuita, explica al inicio de su recorrido que “el objetivo es facilitar el conocimiento de lo que significó la experiencia de las misiones jesuíticas y la proyección que esa construcción social y cultural alcanzó entre los años 1.610 y 1.767”.

Una nueva mirada histórica. La muestra de las misiones jesuíticas también incluyó la realización de un seminario internacional que contó con la disertación de expertos de la cultura que forjaron los jesuitas con los primeros habitantes de América del Sur.

El historiador Alfredo Poenitz fue uno de los expositores convocados para relatar su experiencia investigadora sobre lo sucedido en tierra de guaraníes y jesuitas a partir de la expulsión de esa orden religiosa en 1767.

Durante su exposición, Poenitz destacó que “hasta el presente, por lo general la historia de las misiones jesuíticas fue escrita desde una posición eurocentrista que describió a los guaraníes como meros receptores de una religión y una civilización que fue traída a estas tierras por los jesuitas”.
Frente a esa óptica europea, Poenitz propuso “una nueva mirada histórica que nos permita comprender que a partir del encuentro de jesuitas y guaraníes nació una nueva cultura con raíces en ambas vertientes que se extiende hasta nuestros días”.

Seguidamente dijo que “los 160 años de vida de las misiones jesuíticas no fueron una utopía sino una realidad concreta y palpable que empezó a desmoronarse a partir de la expulsión de los jesuitas y de la implantación de un nuevo régimen social y económico en esta parte del mundo”.

Finalmente el historiador destacó que “la decadencia y la disolución del tejido social que formaron jesuitas y guaraníes duró tres décadas y para 1790 la población de las Misiones se había reducido a la mitad. Los que sobrevivieron quedaron sumamente empobrecidos y pasaron a constituir la clase miserable de las sociedades españolas del actual Litoral argentino. Sus descendientes en los tiempos actuales son la herencia viva de las misiones jesuíticas”.


Un arte con sello guaraní

El arte que nació dentro de los muros de las reducciones jesuíticas fue el tema de la exposición que brindó Darko Sustersic durante el seminario internacional realizado en el Centro Cultural Borges al que asistió un importante número de jóvenes estudiantes de antropología, historia y bellas artes de distintas universidades locales.

Sustersic, que además de haber escrito libros sobre las creaciones artísticas de las misiones jesuíticas se desempeña como director del Instituto de Historia del Arte Julio Payró de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dijo que “es necesario entender que la nación guaraní nunca se rigió con la misma lógica que la cultura europea, por eso adaptó el arte a la cosmovisión del ser guaraní”.

Seguidamente explicó que “lamentablemente aún en nuestros días hay ciertas miradas discriminatorias sobre la cultura guaraní, que sostiene que se limitaron a copiar el arte venido de Europa”, pero según Sustersic “hay demasiada evidencia concreta de que los guaraníes eran verdaderos artistas que supieron tomar los estilos traídos por los jesuitas y darles un sello propio típicamente local”.

En ese sentido, Sustersic explicó que a “los guaraníes les impresionó fuertemente la iconografía de la Virgen María de procedencia bizantina, con sus ojos saltones que miraban fijamente al interlocutor y por eso gran parte de las esculturas religiosas que se tallaron en los laboratorios de arte que funcionaron en las misiones jesuíticas tenían esa característica en la mirada de las figuras religiosas”.

El seminario también contó con conferencias sobre la restauración de San Ignacio Miní a cargo de Marcelo Magadán, la historia de la misión de Chiquitos en Bolivia brindada por Sergio Raczko y la explicación del investigador de Conicet, Ernesto Maeder sobre las misiones jesuíticas de guaraníes.


Gentileza Diario el Territorio – Posadas Misiones
Por Daniela Cortés - sociedad@elterritorio.com.ar

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