En el mes de septiembre se estrenó la obra teatral unipersonal “Dios juega a la ruleta rusa”. La obra fue escrita por Martín Alvarenga y llevada al teatro de la mano del director José María Gómez Samela y la actuación de Constanza Pérez Ruiz. En esta nota Martín Alvarenga cuenta cómo vio la puesta en escena de su obra y la revelación de ese encuentro con el “lector social”.
Por paulo ferreyra
paulo.ferreyra@yahoo.com.ar
Estamos nuevamente en un bar en Corrientes. Martín bebe despaciosamente su té. “A la obra la vi muy bien – arremete – los dos estuvieron muy bien, tanto el director como la actriz. Se respetó la esencia del mensaje. La verdad es que me sorprendió mucho. Hay una muy buena puesta en escena. La actuación de Constanza me sorprendió gratamente”.
Así comienza la charla con Martín Alvarenga sobre la puesta en escena de su obra teatral “Dios juega a la ruleta rusa”. El escritor advierte que es un intruso en el teatro, “no soy teatrista, en el sentido de que soy un actor que viene de la literatura”. El escritor hace esta observación subrayando que como escritor le da mayor importancia al texto. “En un momento me pidieron que cambie el título. Cómo voy a cambiar el título si trabajé a sangre y fuego con ese título. No, le respondí, el título no voy a cambiar”.
- ¿Cuánto significa para vos el título en la obra?
El título es como una raíz para mí. Yo voy girando en torno al título. Para mí el título es un ancla, es una especie de brújula. Ahora después de ver esta apuesta en escena quiero seguir con los unipersonales. Prefiero seguir haciendo unipersonales porque el mensaje puede ser transmitido perfectamente con un buen director y un buen actor o una actriz. Seguiré haciendo unipersonal.
- ¿Qué emociones o sensaciones se despertaron en vos al ver la obra?
La emoción es muy grande cuando vos ves que tu idea está bailando ahí en el escenario. Palpar la actuación de la actriz y la intermediación del director ha sido una experiencia hermosa. Aquí me estoy comunicando con la gente de otra manera. Acá no es el lector íntimo sino el lector social, acá hay un presente permanente. El teatro es otra experiencia. Me queda esta intención de poder hacer un par de unipersonal más. Es importante tomar distancia de lo que venía haciendo. Esta distancia que tomo con lo que venía haciendo me renueva.
El llamado interior
Martín Alvarenga está escribiendo ahora teatro, aunque por otra parte acaba de terminar de escribir una novela que será publicado en México. Cuando el escritor se aleja de la poesía, del cuento, de la novela y del ensayo filosófico siente que se renueva al tomar distancia. Lo más importante, subraya el propio Alvarenga es responder al llamado interior a la hora de escribir.
La literatura de Alvarenga siempre está anclada en Corrientes. Él mismo cuenta que cuando estaba lejos se curaba del desarraigo trabajando sobre cosas que hay aquí. Ahora también, pues si bien está presente físicamente siente un desarraigo social. “Me curo del desarraigo trabajando sobre lo que hay acá, la direccionalidad de mi obra está acá, y eso se puede palpar en cada escrito”, destaca Martín Alvarenga.
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