Este sábado 6 de septiembre el autor y compositor Coqui Ortiz estará en el Espacio Mariño, Santa Fe 847 - Corrientes. En esta oportunidad llevará un puñado de frutos rojos que nació de las canciones del nuevo álbum de Memorias. Este trabajo trae tintes que tienen treinta o cuarenta años que le llegaron directo de la voz de sus protagonistas. Hace unas semanas atrás comenzó esta presentación en el Patio Trovero de Humberto Falcon. Algo de eso, solo una pequeña minimes, se trasladan en estas líneas.
Por Paulo Ferreyra
En el escenario Alfredo Humberto Norniella de El Patio Trovero estuvo Coqui Ortíz hace casi cuatro semanas atrás. Ahí, literalmente en el patio de una casa, casi como donde nació todo, fue a presentar su Álbum de Memorias. El contexto fue el ideal, rodeado de amigos, gente querida y el ambiente brotado de emociones donde estuvo presente el llanto y la risa, los cuerpos sudando emociones.
“Este lugar - el Patio Trovero - tiene una razón profunda a la hora de lanzar este nuevo álbum. Hace tiempo que rastreo las memorias y finalmente está sucediendo este año. Iré publicando fotografías, historias y canciones que las tengo de toda la vida. Eso es lo que quiero compartir”, expresó Coqui en el patio de Humberto Falcón. Ahora, este sábado - no es ninguna casualidad - llegará a otro espacio que tiene mucha mística y mucho de patio, de enchamigadas y de hermandad cultural.
Coqui, autor y compositor que se codeo con grandes referentes de la escena local comenzó a compartir su nuevo material. En redes, lo pueden buscar e ir descubriendo en esta faceta que rescata a los autores imprescindibles que lo han marcado en su andar musiquero.
Homenaje en vida a Humberto Falcón
Entre los nombres que trae Coqui de sus memorias llegan Gustavo Viña, Roberto Rodríguez, Raúl Junco, Humberto Falcón, entre muchos muchos muchos otros. Lo central de este puntapié fue el reconocimiento que hizo Coqui para Humberto que hace más de treinta años difundiendo y trabajando por la música local.
“Humberto es uno de esos artistas que cuando empecé a tocar la guitarra él ya andaba tocando y tenía un programa de radio donde difundía nuestra música y a nuestros autores. La labor de él es de toda la vida”, subrayó. La memoria de la que habla Coqui se filtra en el tono de voz, en las personas que nombra y en los ojos acuosos que le ganan a la emoción.
Hace tantos años atrás Humberto tenía una peña en la rotonda de ruta 12 y 16. Hace tanto de eso que ir hasta allá era como irse a otra ciudad. “Hasta allá íbamos para escuchar. Las canciones me marcaron un camino. En un momento también abrí mi casa porque en el andar supe que para hacer su canción después tenía que construir el escenario donde cantarla”, agregó Coqui.
Naturaleza
En el álbum los nombres se florecen con Lino Mancuello, Cayetano Gauna, Negro Rodríguez, Bosquín Ortega, Gusvao Viñas, Humberto, Raúl Junto, con ellos él tuvo una relación particular. De estos nombres se desprenden otros autores. Ellos componían mucho pero no grababan. Componer era algo que hacían desde siempre, estaba en su naturaleza tanto como respirar para vivir. “Hasta el día de hoy siguen componiendo”, agregó.
El pintor o escritor no tiene más remedio que pintar su cuadro o escribir su libro. No puede copiar por más que parezca algo parecido a un pintor o un escritor. El escritor tiene que hacer algo propio. En cambio la música tiene la libertad del intérprete. Como fue la gran Mercedes Sosa quien además tuvo el don de recrear una canción. En este marco también hay una inflexión en los maestros de Coqui Ortiz, había aquí casi un mandato de crear tus propias canciones. “Cuando me di cuenta ya iba componiendo canciones y no voy a volver atrás. Cada día hay una situación que nos atraviesa y una fotografía que nos dice esto tiene una canción”, así pone en pausa Coqui su memoria para trae a escena sus pulsos hecho de palabras:
“Hoy les dejo compañeros
mis versos en esta mesa
porque no tengo riquezas
más allá de estos arpegios.
Esta para mi un privilegio
dejar cantando hasta el alma
tal vez, así encuentre calma
ante el dolor de esta vida
que atravesada de heridas
sigue de pie en la esperanza.
Al modo de mis mayores
iré trenzando esta historia
suerte que tengo memoria
que es el tesoro del alma
porque si el tiempo se esconde
en territorio de olvidos
pierde el cantar su sentido
no tiene vuelo ni rumbo.
Es apenas un murmullo
un simple palabrerío.
Yo vengo de un barrio añoso
silencioso, polvoriento,
de andar cansino y
no miento si digo que de mocoso
me costó salir del pozo
hasta para ir a la escuela
porque al calor de la siesta
cuando el mundo se detiene
hasta los ángeles duermen
y el silencio es una fiesta.
Así que no ande a purarme
si quieren sacarme bueno
no nací para andar corriendo
no voy a ninguna parte
tengo un camino delante
y si quieren que me detenga
ahí nomás dejo la huella
me quedo donde haga falta
y vuelvo a emprender la marcha
despacio y por las piedras.
Los primeros pasos
En noches de guitarreadas dió sus primeros pasos. Se defendió a los ponchazos de las atentas miradas que como cien puñaladas le hacían temblar el cuerpo. Desde hace tiempo que recorre boliches, patios, plazas, cantando de casa en casa e iba haciendo los cimientos, vivencias que con el tiempo hicieron firme su paso. Ahora evoca esos tiempos.
“Andando suelto por el mundo y sin que muchos se enteren, fue en esos amaneceres cuando se queda la luna atestiguar la hermosura de lo que pasa acá abajo que me topé un día con Cayé Gauna. Recuerdo el pecho apretado al descubrir la leyenda. Me acerqué para escuchar de cerca esa manera exquisita - no es para hacer alarde - esa manera exquisita de hacer canciones donde nacían flores del aire de aquellas notas tan benditas.
Quisiera guardar ese brillo de los ojos en estas líneas, algo al menos de esos destellos. Los nombres siguen floreciendo, Gustavo Viña, Roberto Rodríguez, Raúl Junco, entre tantos. Caricias también suscita las manos de Juan Mora.
El corazón le late en la garganta de Coqui cuando relata que canta canciones que ya tienen treinta o cuarenta años. “Estas canciones llegaron a nuestros días no porque se hayan difundido en todos los medios o grabado en tantos discos. Llegan porque están en el corazón y en las voces de los cantores. Esto es la cultura popular y es la maravilla de las casas y sus patios. En las juntadas donde se transmite lo que aprendimos de mano en mano, de voz a voz y de corazón a corazón. Somos pretenciosos. Prendemos que el mundo sea mejor”.
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